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Productividad

España mejora su índice de productividad, pero pierde mucho tiempo en el trabajo

Muchas horas en el lugar de trabajo, pero mal aprovechadas. España alcanza un 61% de utilización provechosa del tiempo de trabajo, según el estudio realizado por Proudfoot Consulting entre cien empresas de nueve países. Su director para el sur de Europa, Georges Heimann, comentó con Cinco Días estos resultados.

'Hay un avance modesto, un 1% más que el año pasado, siguiendo la tendencia alcista. Pero, si se tiene en cuenta el gran número de horas trabajadas (1806 anuales, el segundo país después de EE UU), la ratio de productividad es escasa: se pasa mucho tiempo en el lugar de trabajo, lo que no quiere decir que se trabaje mucho', señala Heimann.

El estudio concluye que los principales motivos de esta baja productividad en España son la escasa planificación y calidad de la gestión operativa en las empresas (47%) y la inadecuada supervisión (28%). 'Hay un problema de dirección, tanto en el aspecto de planificación como en el de la supervisión en el terreno. Falta de un establecimiento claro de objetivos'. Este problema afecta a toda Europa, muy superada por Estados Unidos en este campo.

El secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, dijo hace unos días que la productividad es la clave del futuro de la economía española, que ya no puede competir con devaluaciones monetarias. Un estudio de la Universidad de Groningen cifra el coste del trabajo perdido en España en 53.360 millones de euros anuales, un 7,8% del PIB.

Heimann cree que las mejoras de productividad deben venir por el lado de la mano de obra, mediante formación en la empresa, además del tradicional enfoque de inversión en capital físico. En todo caso, es optimista respecto al futuro: 'Hay una nueva generación de directivos muy conscientes de la importancia del tema. Hoy conviven con el enfoque tradicional, pero su visión operativa acabará imponiéndose'.

Más horas para un mejor producto

Resulta paradójico constatar que la exigencia de horas de trabajo no cae con los avances de la tecnología. El motivo, según Heimann, es que el tipo de actividad es cada vez más complejo: 'El trabajo físico se ha reducido, sin duda, pero el mental ha aumentado a medida que han crecido las exigencias de calidad. Si no, estaríamos todos desempleados. Los trabajos de baja cualificación apenas tienen ya relevancia en Europa'. Heimann cree que la jornada de 35 horas en Francia no está dando resultado. 'Es cierto que se ha mejorado la productividad por hora al aumentar la flexibilidad, pero hay pocas horas trabajadas, con lo que el producto global es inferior', dice.

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