Los nuevos emigrantes
Las estadísticas cuentan que la emigración española ha caído radicalmente en los últimos veinte años, pero además los datos muestran el profundo cambio del perfil de las personas que deciden trabajar fuera de España. De la masiva salida de cientos de miles de trabajadores manuales y del campo en los sesenta, setenta e incluso de los primeros años de la década de los ochenta se ha pasado a una emigración más selectiva: personas cualificadas profesionalmente, y este aspecto se refleja también en la demanda que las empresas y otros empleadores europeos dirigen a España.
'Prácticamente no hay emigración española desde el punto de vista económico, señala Jesús Ramón Copa Novo, director general de Emigración, y las cifras más altas se refieren a las personas que son trasladadas por sus propias empresas'. Además de ese aspecto destaca que las salidas de personas que ya cuentan con un contrato de trabajo generalmente se concentran en el personal sanitario que se dirige hacia Gran Bretaña, Portugal e Italia.
Los datos de esa dirección en los que se recoge la emigración asistida (cuando las contrataciones han pasado por el Ministerio de Trabajo) reflejan esa evolución. Durante 2003 en ese departamento se supervisaron un total de 11.777 contratos (13.451 en el año anterior), pero de esa cifra casi la mitad (6.012 empleos) correspondió a marineros y tripulantes, seguidos por las personas que optan por trabajos temporales, básicamente la vendimia en Francia (en total 5.656). De esta forma, excepto esos colectivos, sólo algo más de 100 personas emigraron a través del ministerio, y casi todas ellas han sido jóvenes titulados.
El perfil del nuevo trabajador español en el extranjero se refleja en el tipo de ciudadanos inscritos en consulados
Y las demandas de empleo para el extranjero que controlan desde la citada dirección general indican los mismos cambios sociológicos: hay poco interés por salir de España y casi todas las personas que solicitan trabajo han pasado por la universidad o escuelas técnicas. De las 1.201 demandas de 2003, 802 correspondían a personas con titulación superior y 213 tenían titulación media. Por comunidades a la cabeza de las peticiones están Madrid (315 solicitudes), Cataluña (168) y Andalucía (123). Por edades, el colectivo más numeroso corresponde a personas entre 25 a 34 años.
Y los cambios se notan además en las personas que se inscriben en las decenas de consulados que España tiene en el exterior. Un ejemplo: en Bélgica en donde hay registrados 47.845 ciudadanos españoles, el perfil de esos residentes ya no es el mismo que el de hace unas décadas, cuando hacia allí se produjo una importante emigración de mano de obra. Ahora, de la citada cifra, además de 9.997 menores y 1.680 funcionarios de organismos internacionales, están inscritos en el consulado general, entre otras personas, 320 científicos, 300 ingenieros, 250 informáticos, 750 profesionales (en parte de hostelería), 140 artistas y 1.260 estudiantes de niveles superiores. Por su parte desde el consulado en Australia que opera para los ciudadanos españoles que viven en el sur y oeste de ese país, así como en la región de Victoria y Tasmania, se señala que los movimientos migratorios hacia allí se pararon a principio de los ochenta. Y de 'nuevos emigrantes', ya de diferentes características, en Australia sólo se han registrado 331 desde 1996.
También el retrato robot de la colonia española de Macao y Hong Kong, formada por unas 500 personas, corresponde al del profesional cualificado. 'Son directivos y empleados del BBVA, Popular, Santander, Sabadell, profesores de Universidad y estudiantes, así como representantes de organismos de comercio exterior y comunidades religiosas', se señala desde el Consulado en Hong Kong y desde Río de Janeiro se indica que los españoles ahora 'o bien son directivos o empleados de las empresas españolas radicadas en esta ciudad'.
Pero la huella del pasado no se ha borrado, ni siquiera la más lejana época en la que las estadísticas de la emigración se basaban en el número de personas que viajaba en barco a América en tercera clase. Ahora, señala Copa Novo, 'España es el país que más apoya a sus antiguos emigrantes'. Su dirección general cuenta con un programa de 70 millones de euros para completar pensiones a españoles que residen en Argentina, Uruguay y otros países. 'Sin él, volverían a vivir con graves problemas económicos'.
Más ofertas de la Europa comunitariaAlimentación La carne remonta la crisis de las 'vacas locas'
A través de Eures, red de empleo creado por la Unión Europea y que opera en los 28 países del espacio económico europeo, también se detectan cuáles son los movimientos migratorios que parten de España. Según el responsable de esta organización, Javier Romeo, las ofertas que llegan son muy variadas, y las que quedan más específicamente dirigidas a España están las que solicitan sanitarios, desde médicos, enfermeros a fisioterapeutas. Y señala que hay demandas para personas con experiencia en hostelería o en parques temáticos para trabajar en compañías como Eurodisney.Uno de los programas que desarrollan, destaca Romeo, es la colocación en estaciones de esquí de Europa central de españoles que trabajan en hoteles en verano en Baleares o en otras zonas turísticas.Y, aunque indica que se detectan las cualificaciones académicas, destaca que el mal conocimiento de los idiomas por parte de los españoles, incluso jóvenes e universitarios, especialmente respecto a otros países europeos, sigue siendo uno de los aspectos negativos más destacables. En la actualidad se demandan, entre otros profesionales, enfermeros para Italia, Francia e Inglaterra; médicos para Francia; farmacéuticos para Inglaterra y profesores de español para Alemania.Romeo añade que el Eures en España ayuda en ocasiones a la realización de los curriculum en los idiomas requeridos (han enviado 16.000 a otros países este año).Por otro lado, según los datos de Infoempleo, la actividad sanitaria genera el 25,8% de las ofertas para trabajar fuera de España. 'Los médicos son los profesionales más solicitados. Se han duplicado las ofertas dirigidas al colectivo'.El grueso del barómetro del consumo sigue constituido por los temas analizados desde 2001 (la confianza ante la seguridad de los alimentos, la confianza en las marcas de alimentación, en los establecimientos comerciales y de restauración, la información que reciben los consumidores, la credibilidad de los agentes que informan, etc. En este ámbito, sin embargo, las conclusiones no varían en exceso respecto a las que se constataron en barómetros anteriores. æpermil;stas son algunas de las principales:l El consumidor confía en los alimentos en general, aunque sigue mostrando desconfianza hacia la comida rápida. La carne remonta la pérdida de confianza que generó la crisis de las vacas locas.
l Cada vez se consulta más información de ingredientes en las etiquetas, ya no sólo la fecha de caducidad.
l La satisfacción con la información sobre productos y servicios sigue siendo mediocre y el consumidor se muestra aún más descontento que en años anteriores con la información que recibe sobre vivienda y seguros. En la cola también se sitúan las tintorerías y la reparación de electrodomésticos.
l Por mucho que el ciudadano dice confiar en ellos, el consumo de alimentos ecológicos sigue siendo muy bajo y lleva tres años sin mejorar.
l La confianza en las tiendas de alimentación sigue siendo mayor que en los establecimientos hosteleros.