El doble filo del acero
Nissan ha tenido que parar la producción durante cinco días en tres de las siete plantas que tiene en Japón. ¿La causa? La falta de acero por una imprevisión, que le costará a la firma automovilística unos 350 millones de euros. Este mal cálculo, provocado según Nissan por una demanda más elevada de lo previsto, seguramente sería menos llamativo de lo que ha resultado si las condiciones del mercado del acero fueran otras. El irresistible tirón de China ha puesto a pleno rendimiento las plantas de fundición de todo el mundo. De hecho, esta situación ha provocado que los grandes proveedores de Nissan, como JFE Holdings o Nippon Steel, no hayan podido acudir en apoyo del grupo automovilístico. No obstante, todos los expertos coinciden en que no hay peligro real de desabastecimiento. El problema más inmediato es de otro corte. La fuerte demanda ha disparado el precio de esta materia prima, lo que amenaza con restar margen de negocio a las empresas intensivas en acero y anticipa subidas de precios en los productos finales. La otra cara de la moneda es la notable revalorización bursátil de las siderúrgicas.