Desayuno infantil: cinco minutos y frente al televisor
Desayuno exprés. Un hábito adulto que se traslada a la infancia. Una encuesta entre 1.680 madres españolas promovida por el Instituto Omega-3 para conocer sus percepciones sobre la alimentación de sus hijos revela que los niños dedican muy poco tiempo a las distintas comidas del día y que, además, buena parte de ellos las realizan frente al televisor.
Las prisas se producen, sobre todo, en el desayuno, a pesar de que los expertos insisten en que éste debe ser la comida más importante del día. Un 22% de las madres encuestadas asegura que sus vástagos dedican menos de cinco minutos al desayuno, lo que 'puede redundar negativamente en su salud, porque hace que no se incluyan todos los nutrientes que necesitan para su correcto desarrollo físico e intelectual', advierte Lourdes Pérez-Olleros, profesora de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense.
'En general, los españoles dedicamos muy poco tiempo al desayuno. Somos los europeos que más tarde nos acostamos, por lo que apuramos el sueño y salimos muy rápido de casa por las mañanas', señala el sociólogo Juan Díez Nicolás, responsable de la encuesta.
Eso explica que se haya adoptado el hábito del bocadillo a media mañana. De acuerdo con los datos de la encuesta, el 58% de las madres afirma que sus hijos toman algo de comer a media mañana y un bocadillo es el alimento preferido en este momento del día (73%), muy por encima de zumos y fruta (17%) y los bollos (11%). 'Aunque compensa en parte el déficit del desayuno, lo más aconsejable sería salir de casa con la energía suficiente para la mañana', señala la profesora.
En cuanto a los componentes del desayuno, el 85% de las madres afirma que sus hijos toman leche, un 42% desayuna, además, pan y galletas, y el 23%, cereales. Pérez-Olleros considera imprescindible que además de leche y cereales se incorpore fruta.
La encuesta señala, no obstante, que la mayoría de las madres considera 'adecuada' la alimentación de sus hijos, aunque cree que toman poca fruta, pescado y verdura y demasiados embutidos y refrescos.
Pese a los malos hábitos, la encuesta muestra que la población es cada vez más consciente de la relación dieta y salud y, en general, los niños comen adecuadamente.