El impuesto televisivo
El debate sobre el futuro de la televisión pública sigue quemando capítulos. Ayer fue la directora general de RTVE, Carmen Caffarel, quien lanzó varios mensajes sobre su modelo. Y uno de ellos entró de lleno en el resbaladizo mundo del canon y sus interpretaciones. La máxima responsable del ente público se mostró partidaria de la financiación mixta, es decir, de una combinación de ingresos publicitarios y de aportaciones de los ciudadanos. Para cubrir el segundo apartado, descartó implantar un canon directo, pero se decantó por unas aportaciones que tengan en cuenta 'la proporcionalidad del poder adquisitivo', para lo que apostó por un 'sistema indirecto a través de los Presupuestos del Estado'.
Una explicación un tanto confusa, pero que apunta a un nuevo impuesto, tenga la forma que tenga, justo cuando el Gobierno está empezando a trabajar en una reforma fiscal que va en sentido contrario. Tirar de los recursos públicos para tapar los problemas de la televisión es acudir a la receta de siempre. La futura televisión pública merece soluciones más imaginativas que no sangren el bolsillo del ciudadano.