El Vioxx abre el debate sobre la regulación sanitaria de EE UU
La retirada del mercado del analgésico Vioxx ha abierto una crisis en la FDA, la autoridad sanitaria de EE UU. Un científico de esta agencia ha declarado ante el Senado que no hay capacidad para proteger a los consumidores de fármacos peligrosos.
David Graham, un científico que lleva 20 años en esta agencia, encargada de autorizar la comercialización de los fármacos y su vigilancia, aseguró el jueves por la tarde ante un comisión del Senado, que la retirada del mercado de Vioxx por parte de Merck evidencia un 'profundo fallo regulatorio de la FDA'.
Graham dijo en su testimonio que se sintió presionado por sus supervisores para que desestimara sus propias conclusiones negativas sobre este fármaco . Este científico había comprobado que los enfermos que consumían Vioxx tenían muchas más posibilidades de sufrir un infarto que los que tomaban los de la competencia. A pesar de ello, fue Merck quien retiró la medicina del mercado en septiembre. El Senado también tomó declaración al consejero delegado de Merck, Raymond Gilmartin, que negó la veracidad de las publicaciones que apuntan a que hace años se había descubierto internamente el peligro del fármaco. 'Mi mujer lo tomaba', dijo.
Graham, que trabaja en el departamento de seguridad del medicamento en esta agencia, fue más allá y alertó a los senadores de que tal y como está configurada la FDA 'es incapaz de proteger América de otro Vioxx. Estamos virtualmente indefensos'. Según este científico, la FDA mantiene que un producto en el mercado es seguro a no ser que de las revisiones se deduzca lo contrario con una certidumbre del 95%. 'Es una regla que protege al medicamento'.
El científico singularizó cinco fármacos más que cree que deben ser revisados. El Crestor para el colesterol de AstraZaneca, el Serevent para el asma de Glaxo, un analgésico de Pfizer llamado Bextra, El adelgazante Meridia de Abbot y un antiacné de Roche (Accutane). Las farmacéuticas negaron ayer que deban ser causa de preocupación.
El presidente del comité del Senado, Charles Grassley, dijo estar preocupado por que las farmacéuticas tienen 'una relación de mucha confianza con la FDA'. En la comparecencia se recordó que se silenció durante tiempo otro informe interno que alertaba de la alta tasa de suicidio de jóvenes que toman antidepresivos. Algunos senadores pidieron no sólo cambios en le FDA sino relevos de responsables. Desde la agencia se defendió su neutralidad y profesionalidad.