Fondos más transparentes
La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) prepara una instrucción para mejorar la transparencia de ciertos productos financieros, incluidos los muy populares fondos garantizados, de los que la banca no está dando información suficiente a sus clientes. El regulador del mercado quiere que las entidades cuiden más aspectos, como la publicidad de sus productos, los folletos, que deberían estar a disposición de todos sus clientes, y la información oral que se facilita en las oficinas. Este periódico ha comprobado en diferentes sucursales de bancos y cajas que la información que se ofrece al inversor particular es casi siempre incompleta y a menudo errónea. En algún caso se recibió información falsa, como la de que no existen comisiones en productos que sí las tienen, y además entre las más altas.
El nuevo equipo directivo de la CNMV, encabezado por Manuel Conthe, ha decidido tomar cartas en el asunto. El supervisor del mercado ha realizado sondeos entre las entidades, de los que ha deducido que hay 'omisiones graves' en la información sobre fondos garantizados, el producto estrella de la inversión colectiva en los últimos años. El caso de los garantizados es particularmente sangrante. Más de 52.000 millones de euros del ahorro de los españoles se han depositado en este tipo de fondos, es decir, uno de cada cuatro euros gestionados por las instituciones de inversión colectiva.
Los españoles demandaron productos financieros sin riesgo a partir del pinchazo de la burbuja bursátil en el año 2000 y la banca se lanzó a comercializar estos fondos masivamente. Pero la información al cliente es particularmente inadecuada. Se venden como fondos de Bolsa, cuando en realidad se invierte casi la totalidad en renta fija y sólo una pequeña parte en derivados, que son los que pueden dar alguna pequeña rentabilidad adicional. En la práctica, por mucho que suban las Bolsas, los fondos garantizados no ofrecen ganancias significativas. Entre enero y septiembre, la rentabilidad media de los garantizados de renta variable -así llamados aunque destinan cerca del 95% a renta fija- era del 1,6%, muy por debajo de la tasa de inflación. Esto significa que el partícipe de los fondos no se beneficia de la ganancia de las Bolsas, que es del 11,4% en lo que va de año, a pesar de que en la publicidad de estos productos se insiste en destacar la referencia a un índice bursátil.
Otros productos sobre los que la CNMV se está mostrando especialmente vigilante son los contratos atípicos, mal llamados depósitos estructurados, que tuvieron su auge en los años de la burbuja tecnológica y que han terminado en algunos casos en los tribunales. Las participaciones preferentes, muy poco líquidas para el pequeño inversor, tampoco se han comercializado debidamente a ojos del regulador, que también avisa sobre las condiciones de las cuotas participativas, una fórmula recién regulada, pero no desarrollada. La CNMV cumple su papel al reclamar la máxima transparencia a unas entidades financieras que, a menudo, han dado prioridad a los productos que les dejan más margen sobre aquellos que más convienen al inversor. Una estrategia que atenta contra la necesaria confianza entre el pequeño ahorrador y la sociedad encargada de gestionar lealmente sus inversiones.