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Lealtad, 1
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La intervención vendrá de Asia

Es mejor que el mercado fije los cambios de las divisas. Lo ha dicho John Snow, Secretario del Tesoro de Estados Unidos, y más gente. Quizá se podría haber añadido que no sólo es, según este punto de vista, mejor, sino también inevitable. Hacer de la necesidad virtud, como se suele decir. La intervención directa en el mercado de divisas, comprando dólares para controlar la caída de la divisa, es una utopía. Probablemente sólo sirva para esquilmar las arcas de los bancos centrales.

Hace tiempo que los responsables económicos olvidaron los ataques frontales contra el mercado. Prefieren la guerra de guerrillas. Es más efectivo un rosario de declaraciones sobre un aspecto -en este caso, la debilidad del dólar- que una lucha sin cuartel como la que enfrentó a Soros con el Banco de Inglaterra. El mercado de divisas actual es de una dimensión muy superior al de 1992 y, pese a que no existe como entonces un límite -las bandas el Sistema Monetario Europeo- que refleje una victoria clara de unos u otros, probablemente nadie quiera experimentos.

Sí se pueden ir creando, no obstante, las condiciones para controlar la caída de la divisa. Estas condiciones consistirían, además de en las declaraciones públicas que se administran con cuidado de boticario, en un paulatino -y, a ser posible, discreto- un cambio en las preferencias de inversión de los organismos asiáticos que, hasta ahora, han sostenido el dólar.

Una de cal y una de arena, pues, para permitir que la moneda baje -porque intentar sostener una sobrevaloración sería peor a medio plazo- pero intentando que la situación no se vaya de las manos. En este sentido, la clave está más en Pekín que en Londres.

En este marco de reequilibrio global, que parece más verosímil a medida que se acerca 2005, otra pieza que debe colocarse en su sitio es la fluctuación de la divisa china. La vinculación del remimbi respecto al dólar se flexibilizará o se extenderá a otras divisas, lo que apreciará la moneda china.

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