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CincoSentidos

Tratar mal el dolor cuesta 16.000 millones

Cuatro millones y medio de españoles sufren dolor crónico no oncológico, es decir, un dolor con duración superior a tres meses que no está relacionado con el cáncer. La mayoría de ellos lleva como media nueve años en esa situación, algo que incide gravemente en su calidad de vida y en la de sus familiares. Así, el 43,5% de estos pacientes se despierta por las noches a causa el dolor, el 44% necesita medicación para poder dormir, el 19% recibe tratamiento psicológico y el 33% padece depresión.

La mayoría de ellos acepta su situación como inevitable. Siete de cada diez asegura que lo soporta gracias a sus creencias religiosas. Todos estos datos forman parte de un estudio presentado ayer por la Sociedad Española del Dolor (SED) en el que se analiza la incidencia del dolor crónico no oncológico en España en pacientes mayores de 65 años.

'El dolor afecta a mucha gente. Es un problema que debería alarmar no sólo a la Administración, sino también a todas las sociedades médicas de este país', explicó durante la presentación el presidente de la SED, Manuel Rodríguez.

Rodríguez dejó claro, además, que los efectos negativos del dolor crónico no inciden únicamente sobre los paciente y sus familias. Así, según explicó, su incorrecto tratamiento 'supone en España un gasto de 16.000 millones de euros, es decir, del 2,5% del PIB'. El presidente de la SED, que calificó la situación de 'problema de salud nacional', aseguró que la inmensa mayoría de los médicos 'no siempre maneja toda la información disponible para el manejo de los fármacos contra el dolor'.

En su opinión, es en el ámbito de la atención primaria donde la situación se hace más crítica, puesto que en los centros de salud se trata el 83% de los pacientes con dolor crónico. 'En España existe falta de formación sobre el tratamiento del dolor tanto en la universidad como en la formación de los MIR', afirmó en la misma línea Alberto Camba, jefe de la Unidad del Dolor del Hospital Universitario de Santiago de Compostela.

La consecuencia de ello, aseguraron ambos especialistas, es un excesivo uso de los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (Aine) en detrimento de otras opciones farmacológicas con menos efectos secundarios. 'Los Aine sólo deben usarse cuando hay una inflamación, en el resto de los casos debe optarse por analgésicos', señaló Alberto Camba.

Como ejemplo de esta situación, los especialistas señalaron el caso de la artrosis, la enfermedad que causa más dolor crónico. 'En España se usan indiscriminadamente los antiinflamatorios, cuando la artrosis, que no es una enfermedad inflamatoria sino degenerativa, debe tratarse con analgésicos puros, como el paracetamol', señalaron.

Tres años

El sistema de salud español tarda una media de tres años en enviar a los pacientes con dolor crónico a las denominadas unidades de dolor que existen en los hospitales y cuyo objetivo es aliviar la situación de estos pacientes. Junto a este dato, el informe presentado ayer por la SED revela que, una vez derivados a estas unidades, los pacientes deben desplazarse una media de 25 km para acudir a consulta, algo que supone un obstáculo importante. Como solución a esta situación, la Sociedad Española de Dolor propone la creación de unidades de dolor en los centros de atención primaria, de forma que los pacientes puedan ser tratados cerca de su domicilio y que sólo aquellos que lo necesiten sean derivados a las unidades de dolor hospitalarias.

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