Los estadounidenses dan un paso más hacia la derecha
Tras felicitar a George Bush por su victoria, John Kerry dijo que era momento de 'unificar este país'. Este mensaje ya se lanzó profusamente tras las elecciones de 2000, cuando se detectó que el país estaba completamente polarizado. Sin embargo, las cifras muestran que esta 'división en dos' ya no es tal y que el país ha dado un importante giro hacia la derecha.
El Partido Republicano, con un líder de fuerte ideología conservadora, ha ganado el voto popular que no tuvo hace cuatro años. A cierre de esta edición y después de anotarse Ohio, Bush sumaba 274 votos electorales, cuatro más de los necesarios y el 51% del total de las papeletas al ganar 3,5 millones de votos más que Kerry.
Además, los republicanos mantienen, como era esperado, la mayoría en la cámara de representantes donde consiguen 229 de los 435 escaños. Los demócratas se quedan con 200 y el resto se lo llevan los independientes. En el Senado, donde el partido de Kerry mantenía una pequeña esperanza de conseguir la mayoría, también han sido los republicanos los que la han conseguido. Demócratas como el candidato a la vicepresidencia, John Edwards y Bob Graham dejaban escaños vacantes sin que sus sustitutos en el partido consiguieran ocuparlos. Para mayor descalabro demócrata, su senador más poderoso, Tom Daschle, líder de su grupo en esta cámara durante 10 años, perdió su escaño por 4.500 votos.
Al cierre de esta edición, de las 11 elecciones a gobernador de estados, los demócratas ganaron seis. En 11 estados demócratas y republicanos se votó en contra de la legalidad de los matrimonios homosexuales. En California prosperó la propuesta de financiar con 3.000 millones la investigación de células madre. Y en Arizona se aprobó una medida que obliga a funcionarios como policías o bomberos a entregar a la justicia a los inmigrantes ilegales, incluso si llaman para comunicar incidencias.
Ohio, banco de pruebas para los dos partidos
Lo sabían los republicanos y lo sabían los demócratas. De los tres grandes estados en disputa, Florida, Pennsylvania y Ohio, el último era donde más se iban a disputar todas las papeletas. Y así fue.Los demócratas mantuvieron sus esperanzas de forma numantina en Ohio porque aunque en 2000 Al Gore perdió este estado socialmente conservador, lo hizo por estrecho margen, y Bill Clinton, cuando lo ganó, lo hizo también por milésimas. Lo más importante es que desde 2000 las circunstancias económicas han empeorado tanto que la candidatura de John Kerry pensó que se podía hacer valer en medio del descontento popular. El demócrata habló en Ohio del empleo, la sanidad y la decadencia de la clase media. Lo hacía en una región que en el norte vive de la industria, mayoritariamente el acero y los componentes de la automoción y que ha visto como se echaban los cierres a las fábricas, se trasladaban factorías a Asia y el desempleo superaba la media nacional. En octubre la tasa de paro era del 6% frente al 5,4% a nivel nacional. En Toledo es el 7,1% y en Cleveland del 6,1%. Además este estado es uno en el que los ciudadanos han registrado menores crecimientos de renta.En el centro y sur, con la excepción de los núcleos urbanos, Ohio es un paisaje rural en el que domina el conservadurismo, se tiene un gran aprecio por las armas y la Biblia es un libro fundamental en los hogares. Y eso ha pesado.Según la encuesta de Edison/Mitofsky, lo que más valoraron los votantes del presidente son sus valores morales (un 38%), mientras el 29% se preocupaba por el terrorismo y el 8% por la economía. La minoría ha votado a Kerry porque en un 42% valoran su mensaje económico. Pero ha sido insuficiente para un estado que ayer votó en referendum una inciativa que prohibe el matrimonio homosexual y las uniones civiles.