El primer gran pacto social
Tras meses de intensa negociación con patronal y sindicatos, el ministro Jesús Caldera pudo presentar ayer un reglamento de Ley de Extranjería que es considerado satisfactorio por todos los agentes sociales, y que permitirá regularizar la situación de cientos de miles de inmigrantes. Se trata del primer gran pacto social orquestado por el Gobierno socialista y pone los cimientos para afrontar uno de los problemas más acuciantes de nuestra sociedad.
Con el nuevo reglamento, los inmigrantes sin papeles que lleven medio año empadronados en España podrán regularizar su situación acreditando que tienen un contrato de trabajo de al menos seis meses, que deberá ser registrado en la Seguridad Social. No bastará, pues, con la 'promesa de contrato', que podría alimentar el fraude mediante la 'venta de promesas'. En hostelería y construcción el contrato podrá ser discontinuo, pero sumando seis meses al año. En agricultura bastará con tres meses de contrato y en el servicio doméstico habrá que acreditar 30 horas semanales, aunque sea con distintos empleadores. Cumpliendo estos requisitos, el inmigrante obtendrá permiso de residencia de un año.
El proceso de regularización extraordinaria se prolongará durante tres meses, probablemente entre febrero y abril de 2005. Con él se mejorarán las condiciones de vida de una enorme bolsa de inmigrantes y se evitará que algunas empresas se vean forzadas a la contratación irregular por trabas regulatorias. Y es de esperar que aflore una importante masa de trabajo sumergido, con el consiguiente efecto beneficioso para las arcas de la Seguridad Social y de Hacienda.
El reglamento probablemente tiene grietas, pero ofrece algunas respuestas consensuadas. Y mirar hacia otro lado ante el problema de la inmigración había dejado de ser una opción hace mucho tiempo. Aunque algunos no querían verlo.