Izar opta a dos contratos por 165 millones para la Marina de Malasia
En plena crisis, los astilleros españoles están plantando cara a la competencia asiática en su mismo entorno. Izar opta a dos contratos en Malasia, cuya inversión asciende a 165 millones de euros.
Los astilleros públicos españoles prevén asociarse con una empresa local para optar al concurso para la construcción de una base submarina para la Marina malasia, cerca de Kota Kinabalu (en el Estado de Sabah), por unos 145,6 millones de euros.
Además, según confirmó ayer el director regional de Izar en Malasia, Jorge García-Monedero, la empresa opta a otro concurso que asciende a 19,3 millones y que consiste en el mantenimiento de los dos submarinos que la empresa española está desarrollando actualmente para el Ministerio de Defensa de aquel país, y cuya construcción comenzó a mediados de 2002.
En el caso del primer proyecto, Izar confía en conseguir el contrato, que consistirá en convertirse en el socio tecnológico de la empresa local y asesorar sobre el diseño, equipamiento, instalación y personal de la base, según García-Monedero.
Según aseguró el responsable de Izar para Malasia en una entrevista en el diario regional The Edge Asia, 'estamos en una muy buena posición para conseguir el contrato'. La decisión, que deberá ser aprobada por el Ministro de Defensa malasio, no se conocerá antes de final de año.
Mientras que siguen llegando los contratos internacionales para Izar, en la dirección de Madrid se continúa discutiendo sobre su futuro. La SEPI y los sindicatos volverán a reunirse el jueves para decidir sobre el nuevo plan que el organismo presentó hace dos semanas.
Está por decidir, en primer lugar, si las cajas de ahorro finalmente formarán parte del accionariado de la división civil. Algunas voces se han alzado ya a favor de la entrada de las cajas. Cándido Méndez, secretario general de UGT, abogó ayer por la incorporación de estas entidades para 'asegurar' la supervivencia del sector civil. A juicio de Méndez, las cajas deberían plantearse una estrategia conjunta y no aislada para entrar, de forma voluntaria, en el capital de la nueva empresa civil.
'Creemos que debe haber un planteamiento conjunto. Las cajas deberían realizar un análisis de la situación y entrar de forma voluntaria si lo consideran interesante en el capital del grupo', señaló el dirigente sindical.
El otro interrogante es el astillero de Fene, sobre el cual los sindicatos deben decidir si finalmente se integra en la división militar.
Los sindicatos han declinado tomar una decisión hasta que la SEPI les confirme que la UE ha levantado a la planta gallega el veto de no construir buques civiles hasta el año 2007. El holding público les debe entregar un estudio jurídico para aclarar si Fene continuaría bajo el veto impuesto por la Comisión Europea desde 1997 si entra en la división militar.