La plantilla de General Motors en Bochum vuelve al trabajo
La plantilla de la planta de General Motors en Bochum votó ayer a favor de volver a la cadena de montaje después de una huelga de casi una semana que ha logrado paralizar la producción en otras tres factorías del grupo.
Las plantas de Rüsselsheim, Amberes y Ellesmere Port volverán al trabajo 'próximamente', según la nota emitida ayer por el fabricante. Estas fábricas se habían visto obligadas a suspender la producción por la escasez de componentes provenientes de Bochum. Los 9.600 empleados de la planta pararon las máquinas sin preaviso alguno el pasado jueves como medida de protesta por los 12.000 despidos en Europa anunciados ese mismo día.
La dirección de Opel respiró ayer aliviada y mostró su 'agradecimiento' por la decisión de la plantilla. 'Hay que felicitar al equipo directivo local y a los representantes del Comité de Empresa por la gestión de esta delicada situación', aseguró la compañía en su nota. El consejero delegado de GM en Europa, Carl-Peter Foster, celebró la decisión. 'Ahora podremos hacer progresos', sentenció.
Así, las negociaciones entre la dirección y el comité de empresa se reanudarán hoy. No obstante, las partes recordaron que queda un largo camino por delante, según el presidente del comité, Dietmar Hahn. 'Haremos el máximo por que la dirección no implemente sus planes de horror', aseguró.
Los planes de recorte de General Motors constituyen un ejemplo más del mal momento que atraviesa la industria automovilística europea en general y alemana en particular, que sufre los problemas de un euro fuerte, los mayores costes laborales del mundo y la creciente competencia de países como Japón o Corea del Sur. Algunas voces también culpan de esta crisis a la dirección de las empresas. Ayer fue el turno del ministro de Economía, Wolfgang Clement, quien aseguró que la el mal momento de GM se debe a un problema de mala gestión y no a una hipotética falta de competitividad de la industria germana.