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Crónica desde Manhattan

Fiscalidad generosa

Una de las últimas cosas que hará el presidente George Bush en lo que le queda de legislatura es firmar la LeyparalaCreaciónde Trabajos en EE UU 2004. Con esta ley, recién aprobada por el Congreso tras dos años de trabajo, se derogan unas rebajas fiscales a los exportadores que han costado 5.000 millones anuales y sanciones comerciales de la UE, que consiguió que la OMC considerara ilegal ese trato fiscal. Pero no se eliminan. Se sustituyen por otras que costarán al erario público 140.000 millones. La nueva ley rebaja la fiscalidad para el sector manufacturero nacional del 35% al 32% , y durante un año permite que la repatriación de beneficios en el extranjero se grave al 5,25% y no al 35% . El Congreso cree que con la llegada de 500.000 millones que las empresas tienen aparcados fuera del país se crearán medio millón de empleos. Mientras la UE estudia la ley, en EE UU sus críticos ya son legión. Estas rebajas abochornan a quien creen que el déficit presupuestario de 412.000 millones es razón de peso para dejar de rebajar impuestos aunque los legisladores aseguren que son neutrales pues se cerrarán paraísos fiscales y agujeros de la ley tributaria. A los críticos no les cuadra la asunción de la creación de empleos. Incluso un defensor de esta ley, el economista Allen Sinai, ha rebajado sus previsiones de creación de empleos a 50.000. Algunas empresas ya han dicho que usarán el dinero para sanear balances, y no para expandirse. Mientras tanto, la ley afecta positivamente a un universo de empresas que han buscado el resquicio que sea para ser consideradas industria y poder disfrutar de las rebajas. Así, ya es industria oficial el cine ( no el pornográfico) , el diseño arquitectónico, la actividad de las madereras, la extracción de minerales ( lo que beneficia a petroleras y eléctricas) y la ingeniería, entre otras actividades. Hay otros beneficios repescados , es decir, que no pasaron en leyes anteriores pero se han colado en ésta como por ejemplo, una reducción de la fiscalidad para los fabricantes de arcos y flechas, para las apuestas por extranjeros en carreras de caballos, para dueños de restaurantes, para las carreras del Nascar y para los balleneros de Alaska. Otra modalidad para incluir ventajas ha sido la usada por Zell Miller, demócrata de Georgia quien denigró a John Kerry en la Convención Republicana. Miller abogó por la reducción de la tarifa a la importación de los ventiladores de techo, que nadie fabrica en EE UU. Con el voto republicano se aprobó esta provisión para alegría de la cadena de tiendas de Georgia Home Depot, gran importador de este producto made in China. En la ley hay sitio también para dispensar un trato de favor a los planes de pensiones de golfistas profesionales. Todo un record, difícil de batir en el futuro por los lobbies.

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