Los incentivos a empresas no frenan las jubilaciones antes de 65 años
Las medidas que el Gobierno popular puso en marcha en 2002 para tratar de retrasar el momento de la jubilación, no están teniendo ni muchomenos los efectos deseados sino más bien todo lo contrario.
Las medidas que el Gobierno popular puso en marcha en 2002 para tratar de retrasar el momento de la jubilación, no están teniendo ni muchomenos los efectos deseados sino más
bien todo lo contrario. Lejos de disminuir, el porcentaje de personas que se jubila antes de cumplir 65 años en el Régimen General de la Seguridad Social no cesa de crecer.
Los retiros antes de esa edad han pasado de ser el 59%del total a finales de 2003 al 63,4% en la actualidad. De las 82.964 nuevas altas de jubilación registradas hasta agosto en el Régimen General, un total de 52.787 fueron de personas que no habían cumplido 65 años. Los técnicos del Ministerio de Trabajo han detectado que el uso de las rebajas de cotizaciones empresariales aplicadas a los contratos de trabajadores de entre 60 y 65 años, como incentivo a su permanencia en el puesto es muy residual. Fuentes de este departamento argumentan que al tratarse de un estímulo sólo para la parte empresarial que es la que se ahorra las cotizaciones la medida no está teniendo ningún efecto en los trabajadores. Bien es cierto que los trabajadores que se mantienen en sus puestos de trabajo más
allá de los 65 años ven incrementada su pensión un 2% cada año que pasa con un tope del 10% a los 70 años. Pero este incentivo no está siendo suficiente para retener a los trabajadores que ya antes incluso de cumplir 65 años han generado el 100% de la pensión que les corresponde. Es más, el grupo de edad que más ha aumentado entre los jubilados anticipadamente es el de los que tienen 64 años, que pasan de ser el 4% en 2003 al 7%en agosto pasado. Esto obedece precisamente a que el grueso de trabajadores que alcanza el 100% de su pensión a esa edad no espera ni un año más para jubilarse,una muestra más de la ineficacia de los incentivos establecidos. Pero aún más perniciosos está siendo otro de los estímulos ideados por el PP para retrasar la edad de jubilación: se trata de la aplicación de la jubilación parcial, gradual y flexible. Este sistema, que está en marcha desde enero de 2002, pretendía que los trabajadores mayores de 61 años que lo desearan redujeran su jornada de trabajo y sueldo de forma proporcional y cobraran la pensión correspondiente hasta completar su sueldo.
Los trabajadores que se acogen a este sistema siguen cotizando hasta los 65 años y, por tanto, no ven recortada su pensión con los coeficientes penalizadores. Muchos empresarios han aprovechando para practicar cierta picaresca que consiste en aplicar a sus trabajadores mayores la jubilación parcial y reducirles la jornada lo máximo permitido por la ley (un 85%). De esta manera, concentran el 15% restante en los meses de mayor producción y así los empleados trabajan a jornada completa durante dos meses y el resto del año están jubilados en la práctica. Pero cuando llegan a los 65 años reciben su pensión sin los recortes previstos para el retiro anticipado, con el consiguiente coste para la Seguridad Social que esto supone. Desde la entrada en vigor de esta ley en 2002 se han registrado unos 100.000 jubilaciones provenientes de esta práctica empresarial. Esto ha provocado que mientras el colectivo que se jubila antes de los 65 años con recortes en su pensión se mantiene estancado en el 44%, los que se retiran antes de la edad legal sin disminución de la prestación pasan de ser el 14,6% en 2003 al 19,30% en agosto de 2004.
El Ministerio de Trabajo, que ha detectado todos estos fallos, prevé analizar cómo termina este año y esperar a que se abran las mesas de diálogo social para proponer medidas que atajen el problema.