La debilidad económica de EE UU reanima los bonos
Malas noticias: la deuda pública de EE UU ha llegado al máximo permitido por el Congreso y habrá que hacer equilibrismo para no suspender pagos. Pero hay ganadores en medio de la zozobra. Los bonos viven su mejor momento desde marzo.
La economía de EE UU se desacelera. Frente al crecimiento del 4,4% previsto para este año, HSBC anticipa una expansión del 3,2% en 2005 y del 2,2% al año siguiente. Para el inversor, las tribulaciones económicas de EE UU tienen su cruz en la debilidad de los mercados de acciones, pero también su cara en los bonos. El rendimiento de la deuda a 10 años, que se mueve en sentido inverso al precio, es ahora del 4%, frente al casi 4,9% al que se movía en junio, cuando comenzó la subida de tipos de interés por parte de la Reserva Federal.
El índice de la Universidad de Michigan de confianza de los consumidores en octubre, publicado el viernes, puso de relieve el escepticismo de los ciudadanos. El indicador se situó en 87,5 puntos, frente a los 94,2 de septiembre. Y el gasto de los consumidores representa, según los cálculos del banco UBS, un 70% del PIB de EE UU. Los precios del petróleo van al alza, mientras que el consumo titubea.
Por si fuera poco, el Gobierno acaba de reconocer que el déficit presupuestario anual suma 413.000 millones de dólares (un 10,4% más que el año pasado), con lo que el desequilibrio público alcanza el tope máximo de 7,384 billones autorizado por el Congreso. Ahora será necesario tomar algunas medidas quirúrgicas, como interrumpir las aportaciones a los fondos de pensiones de empleados públicos, para sortear la suspensión de pagos.
Al desequilibrio público se suma el déficit por cuenta corriente. Los extranjeros, Asia en particular, están financiando este desequilibrio, pero el problema es que el dinero no fluye hacia inversiones directas, sino a los bonos. El resultado es que el dinero foráneo no repercute en creación de empleo, ni en mejora general de la economía. El círculo se retroalimenta y la cuestión es cuándo empezará a ser demasiado estrecho.
La escalada del crudo, estímulo para la deuda
El precio del barril de petróleo West Texas, el de referencia en EE UU, ha subido más del 66% en lo que va de año, hasta llegar al entorno de los 54 dólares. El movimiento ha desplazado una buena parte de las inversiones en renta variable a los bonos, más seguros en tiempos de incertidumbre económica.'Los inversores están considerando el riesgo de que el alza de los precios del petróleo haga bajar los beneficios empresariales y desacelere la economía', explicaba el viernes a Bloomberg un operador del mercado. Los gestores de renta fija están convencidos de que aún hay margen para que el rendimiento de los bonos siga bajando.