GM se compromete a evitar despidos y cierres, según los sindicatos
El grupo automovilístico General Motors Europa se ha comprometido hoy a evitar cierres y despidos en sus plantas europeas, afectadas por un duro plan de saneamiento, han informado hoy los sindicatos. Fuentes sindicales han señalado que la fábrica española de Figueruelas (Zaragoza) deberá eliminar 600 de sus 7.400 empleados dentro del plan de la compañía de eliminar 12.000 empleos en toda Europa.
Tras una reunión de los representantes de los trabajadores con la dirección de la empresa, el secretario general del sindicato UGT en General Motors España, Fernando Bolea, ha dicho que la compañía "se ha comprometido a mejorar los resultados empresariales sin recurrir a los despidos ni al cierre de fábricas".
Los sindicatos y la empresa volverán a sentarse a negociar en los próximos días, añadió Bolea.
La dirección del grupo automovilístico General Motors y los sindicatos de Opel se han declarado dispuestos a negociar en las próximas semanas el recorte de la plantilla de hasta 10.000 personas en Alemania.
Antes de que se sienten a la mesa ya se percibía hoy un clima de enfrentamiento dado que la planta de Bochum, uno de los centros más afectados por el recorte de personal, mantenía desde el jueves una huelga espontánea que ha paralizado la producción de los modelos Astra y Zafira. Carl-Peter Forster, presidente de General Motors Europa y ex jefe de Opel, ha dicho que estas acciones laborales no ayudan a solucionar los problemas que atraviesa la empresa.
Llamamientos a la calma
El ministro germano de Economía, Wolfgang Clement, se sumaba al llamamiento a la calma a los trabajadores de Bochum, que se han mostrado muy combativos hasta el punto de amenazar con paralizar toda la producción de General Motors en Europa mediante el corte del suministro de componentes a otras cadenas de montaje.
Clement insistió en que el gobierno germano tiene especial interés "en que no se produzcan despidos", y dijo que el proceso de reformas de la economía alemana "tiene que continuar" para aumentar la competitividad y el atractivo de Alemania como sede de empresas.
General Motors ha previsto un recorte de la plantilla en Bochum, de 4.000 de los 9.600 empleados actuales, y un posible cierre total de las instalaciones para 2010. Esta planta tiene un especial valor estratégico y logístico porque suministra componentes a las cadenas de montaje de GM en Amberes (Bélgica), Ellesmere (Gran Bretaña) y Gliwice (Polonia), según uno de los 3.500 manifestantes que protestaba hoy ante las puertas de la fábrica.
Los sindicatos se oponen al cierre de las fábricas, a despidos forzosos o al traslado de la producción a otros países, pero están dispuestos a discutir una prolongación del horario laboral a 40 horas semanales para abaratar los costes de manufactura, el caballo de batalla del actual debate con la dirección de GM.
Los sectores más radicales entre los trabajadores en Bochum no quieren volver a sus puestos hasta que estén aclaradas cuestiones como la exclusión de despidos forzosos y la garantía de empleo.
El ministro Clement declaró a la prensa que ha acordado con su colega sueco y con el primer ministro, Goeran Persson, no competir por atraer a sus respectivos países la futura construcción de modelos de Opel, habida cuenta de que los costes de producción en Suecia son más bajos que Alemania.
En la planta matriz de Rüsselsheim (oeste alemán) también se prevé la supresión de otros 4.000 puestos, pero sus empleados han optado por ir al trabajo con normalidad.
Reunión urgente
La reunión urgente del consejo de supervisión de Opel, convocada a raíz del anuncio hecho el jueves por GM de recortar hasta 12.000 empleos en sus once plantas europeas, ha terminado sin resultados oficiales, aunque sí se percibía que las negociaciones en las próximas semanas serán duras. Un portavoz de Opel ha señalado que la conclusión de las negociaciones con los sindicatos se ha fijado inicialmente para finales de noviembre.
Al mismo tiempo, hoy se reunían en Fráncfort los representantes de los comités de empresa nacionales para dilucidar cómo se repartirá la supresión de empleo por países.
En todo caso, Carl-Peter Forster, presidente de GM Europa y uno de los 15 jefes de Opel desde 1984, comentó hoy que la cifra de 10.000 puestos a eliminar no es un dogma. Forster mostró así una cierta flexibilidad por parte de la central estadounidense en Detroit para aplicar un plan de saneamiento que en cuanto al personal debe estar cerrado en su 90% el año próximo.
Estas medidas de personal irán acompañadas de un estricto programa de austeridad valorado en 500 millones de euros (615 millones de dólares) anuales en los próximos años, que abarcará también los costes fijos y de compras.