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CincoSentidos

El Guggenheim se reconcilia con Oteiza

Jorge Oteiza (Orio, Guipúzcoa, 1908-2003) ya tiene su exposición en un museo que, en vida, no contó con sus bendiciones. El Guggenheim Bilbao presenta a partir de hoy y hasta enero de 2005, una de las más amplías retrospectivas dedicada a su obra en los últimos quince años. Esta muestra, patrocinada por Iberdrola, se trasladará en febrero de 2005 al Museo Reina Sofía y en junio al Museo Guggenheim de Nueva York.

En la exposición del controvertido artista vasco, cuya proyección internacional no se ha cuestionado, se muestran diferentes obras que van desde su posicionamiento en la vanguardia artística de principios del siglo XX (cubismo, expresionismo y constructivismo, principalmente) hasta su etapa relacionada con el minimalismo americano, un periodo que coincide con los últimos años de su vida, El genio de Oteiza se plasma en Bilbao con un total de 204 obras, de las cuales 40 corresponden a dibujos y collages.

La comisaria de la muestra, Margarit Rowell, con una larga trayectoria como conservadora de arte moderno y contemporáneo, aseguró ayer que lo sorprendente de Oteiza es que su etapa más creativa se sitúa hacia 1950 'y el vivió 50 años más'. Por su parte, el artista vasco Txomin Badiola, el otro comisario y profundo conocedor de sus trabajos, señaló que la exposición pretende poner al artista 'en su medida, en su inmensa medida'. Badiola dijo que era necesario rescatarle de los territorios en los que 'últimamente ha estado', en clara referencia a la reedición de piezas y de la instalación de sus esculturas en diferentes lugares del País Vasco.

El comisario, que también fue responsable de la última muestra del artista hace quince años, consideró fundamental que los visitantes profundicen en su obra.

A Jorge Oteiza, calificado por Richard Serra 'como el escultor más importante de la primera mitad del siglo XX', se le puede definir como un artista cuyo carácter recio, crítico y, en muchas ocasiones, desconcertante, se ha plasmado en buena parte de su obra. Su larga proyección internacional se inicia en 1957 en la Bienal de Sao Paulo. Para entonces su vena artística ya se había desarrollado. Posteriormente, Oteiza se emplea a fondo en la investigación estética y lingüística, particularmente en el ámbito de la cultura vasca. Es a partir de 1980 cuando su crédito internacional sube enteros.

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