La CNMV que hace falta

La ceremonia de relevo en la presidencia de la CNMV fue ayer un espaldarazo a la institución. Porque reunió a una importante representación del sector privado y a la cúpula económica del Gobierno. Pero, sobre todo, porque se dieron cita por primera vez en un acto todos los presidentes del organismo en sus más de 15 años de existencia: Luis Carlos Croissier, Juan Fernández-Armesto, Blas Calzada y, sí, también Pilar Valiente. Por encima de las discrepancias políticas, y dejando aparte el caso de Valiente, el valor de la institución se fundamenta en su continuidad y en su autonomía. La apuesta de Conthe es conjugar con habilidad el equilibrio entre el 'excesivo rigor y suspicacia' y la 'excesiva credulidad y buena fe'. No es mal punto de partida. El reto es considerable, y abogar por la colaboración entre los distintos organismos reguladores es una salida adecuada. La labor de Conthe y su equipo es completar las reformas y diseñar la CNMV del futuro. Solbes dijo que Conthe es el hombre que necesita la institución. Una manera de demostrarlo es con independencia.