La Caixa derriba barreras en Francia
Ayer perdió su carta de naturaleza legal una de las excepciones francesas, en este caso financiera. El Tribunal de la UE, con buen criterio, consideró incompatible con el derecho comunitario la norma gala que impide a las filiales de entidades bancarias extranjeras ofrecer a sus clientes en Francia cuentas corrientes remuneradas.
Los jueces comunitarios consideran desproporcionada una medida que, según París, pretende proteger a los consumidores -abaratando servicios bancarios como la expedición de cheques, forma de pago muy popular en Francia- y fomentar el ahorro. Pero lo hacía a costa de la libertad de elección de los ciudadanos y también -y es lo que ha motivado el fallo judicial- de la posibilidad de las entidades extranjeras de abrirse mercado con productos novedosos.
La Caixa, que inició el pleito, ha ganado el derecho a ofrecer ese tipo de cuentas. Su victoria derriba una barrera más al proceso de integración de los servicios financieros en la UE, en el que peculiaridades como la gala sólo sirven de obstáculo a un mercado más competitivo del que los ciudadanos se puedan beneficiar.
Los ministros de Economía de la UE abordaron el mes pasado las causas de la lenta consolidación del sector financiero europeo. Los presidentes de entidades invitados no dudaron en señalar a sus anfitriones. Las dificultades de los bancos para entrar en otros mercados no son sólo culturales e idiomáticas. Es la alambrada de normas que protege los feudos nacionales lo que disuade a las entidades. La Comisión Europea va a llevar a cabo una evaluación de las trabas existentes, de legislativas a fiscales. El Tribunal derribó ayer una barrera. Pero eliminar el resto de excepciones y arbitrariedades exigirá de una fuerte voluntad política y el convencimiento de que Europa necesita un mercado financiero integrado, con servicios y entidades transnacionales acordes a su realidad económica.