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Petroleo

El G-7 busca fórmulas para acabar con la especulación del petróleo

La principal preocupación de los países más ricos del mundo quedó ayer clara: cómo actuar sobre el petróleo y sus mercados para evitar la especulación. Ayer el crudo subió hasta 46,62 dólares por barril. China volvió a pedir tiempo para flexibilizar el tipo de cambio de su divisa.

China, el gigante económico, acudía ayer por primera vez con una delegación de alto nivel a uno de los actos más importantes de la reunión de los países más ricos del mundo, el G7; sin embargo, la preocupación de los miembros de los países que se encuentran en este foro (EE UU, Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Italia y Japón) era el petróleo y su carestía.

El comunicado final del G7, se esperaba después del cierre de esta edición, pero ya antes el tema central que debatieron los países más ricos del mundo fue cómo frenar la especulación en el mercado del crudo. El ministro de finanzas británico, Gordon Brown, propuso la necesidad de 'estabilizar los mercados de petróleo de tal manera que se asegure que los altos precios no socavan el crecimiento global'.

Por un lado, el ministro británico quiere que la OPEP, los países exportadores de petróleo, continúen tomando las acciones necesarias para devolver los precios a niveles compatibles con la recuperación económica. Además, urge a que se 'mejore el funcionamiento de los mercados de petróleo para asegurar precios estables', y demanda medidas encaminadas a mejorar la transparencia y eficiencia del mercado.

Lo que quiere Brown es que la información y vigilancia del mercado del petróleo sea parte de las actividades del FMI y el Banco Mundial. La mayoría de los miembros del G7 estaban a favor de una mayor clarificación del mercado. Fuentes del G7 expresaron el temor de que el componente especulativo no fuera el único que pesa en el actual precio del crudo, y que sea la poca capacidad excedente la que ejerce esta presión al alza. Si esto es así, el problema de los elevados precios podría no ser tan temporal como se cree.

El otro gran asunto de la reunión del G-7 lo protagonizó China, cuya delegación desestimó la urgencia con la que desde EE UU se les pide flexibilizar el tipo de cambio de su divisa, el yuan, para que recoja en su precio frente al resto de monedas el valor que le otorguen sus fundamentos económicos. Ahora tiene el precio fijo con el dólar, lo que perjudica los intercambios comerciales de Estados Unidos. La idea que transmitieron los chinos es que sí habrá flexibilización pero no se fija ni el ritmo para que eso se produzca ni calendario. Antes, China quiere invertir la tendencia de aumento del paro y sanear las empresas públicas y la banca.

Almunia lanza un mensaje de tranquilidad

El impacto de la escalada de precios del crudo no es muy fuerte en Europa porque las economías de UE no son tan dependientes del crudo como EE UU, por ejemplo; y, por otro lado, la fortaleza del euro frente al dólar ayuda a rebajar la tensión que el alza produce. Esto es lo que quiso transmitir ayer el comisario europeo, Joaquín Almunia, que participa como representante de la UE marginalmente en las reuniones del G7. No obstante, dijo que le preocupa la evolución de los precios porque si se mantienen en los actuales niveles sí que 'afectará el crecimiento' por los efectos secundarios que provoquen en otros mercados. Pero por el momento no es el caso, tranquilizó.

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