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Sentencia

Monti sufre un nuevo desaire de los jueces a pocos días de su cese

El Tribunal de Primera Instancia de la UE anuló ayer de nuevo una decisión de la Comisión Europea en materia de competencia. La sentencia coloca una amarga guinda al final del mandato del actual responsable de esa política, Mario Monti, y acrecienta la presión sobre el modelo de autorización administrativa de las fusiones.

Al comisario europeo de Competencia saliente, Mario Monti, sólo le faltaba por encajar una derrota pírrica ante el Tribunal de Justicia europeo. Y ayer lo logró por culpa del empecinamiento de la Comisión Europea en el año 2000 de prohibir una fusión que, en principio, ya había sido abandonada por las empresas en cuestión.

Las operadoras telefónicas estadounidenses Worldcom y Sprint retiraron el 27 de junio de aquel año la notificación de su fusión (valorada en 127.000 millones de dólares) ante el inminente veto de Bruselas y tras conocer también la oposición de Washington.

Pero al día siguiente, la Comisión obvió esa renuncia y, a propuesta de Monti, adoptó una decisión oficial por la que consideraba incompatible la operación con el Derecho comunitario. Bruselas consideró que, a pesar de la renuncia nominal, las empresas mantenían todavía la esperanza de acabar fusionándose. 'La competencia de la Comisión no puede basarse en meras intenciones subjetivas de las partes', sentenció ayer el Tribunal de Primera Instancia de la UE al anular la decisión de Bruselas recurrida por Worldcom. Los jueces acusan al equipo de Monti, además, de haber violado 'la confianza legítima de Worldcom y Sprint', pues las empresas, a juzgar por la práctica habitual de la CE, podían esperar que se archivase el expediente tras la retirada de la notificación.

La Comisión, que se reserva el derecho a recurrir la sentencia, lamentó ayer que el Tribunal sólo se haya pronunciado sobre 'aspectos técnicos del caso y no sobre la validez de la decisión'. Pero la sentencia socava aún más el modelo de autorización administrativa vigente en la UE, cuya credibilidad se ha visto seriamente dañada por las repetidas sentencias en contra del Tribunal.

El departamento de Monti teme ahora que 'las empresas retiren sistemáticamente sus notificaciones antes de que haya una decisión comunitaria', lo que equivaldría a desperdiciar los seis meses de investigación administrativa. La última palabra la tendrían las empresas... o el Tribunal. Pero no la Comisión.

Un conflicto de competencias

Bo Vesterdorf no goza de la notoriedad de Mario Monti. Pero el nombre de este juez ha marcado los cinco años de mandato del comisario europeo de Competencia y amenaza con seguir haciéndolo con la sucesora del italiano, Neelie Kroes. Vesterdorf preside desde hace seis años el Tribunal de Primera Instancia de la UE (y acaba de ser reelegido para otros tres años), y desde su feudo en Luxemburgo ha acorralado a la dirección general de Competencia de la Comisión Europea. Sentencia tras sentencia, el Tribunal ha criticado la gestión del equipo de Monti, y en especial su escaso respeto al derecho de defensa de las empresas y su tendencia ha adoptar decisiones basadas en pruebas muy débiles.El Tribunal ha incrementado así su credibilidad a costa de la Comisión, espoleando las voces favorables a un sistema judicial de revisión de las fusiones.

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