Más armas para la CNMV
Precisamente mientras se ultima el relevo en la presidencia y vicepresidencia de la CNMV, el Gobierno perfila un cambio legal que, sin ser de gran calado jurídico, sí puede convertirse en una eficaz herramienta contra el fraude bursátil. Se trata de las listas de iniciados, en las que figurarán las personas con acceso a información empresarial de carácter confidencial.
Este tipo de listas ya existen en muchas compañías cotizadas, para garantizar a nivel interno que no se produzcan fugas de información confidencial. Como ha enseñado la historia financiera reciente, la autorregulación del mercado puede servir para que la mayoría de las empresas funcionen correctamente. Y sin embargo, no ser capaz de evitar el puñado de escándalos y fraudes que minan la confianza de los inversores y que suponen un problema para la economía. En este sentido, dotar a la CNMV de la capacidad de disponer de la lista de personas informadas, para sus investigaciones sobre movimientos bursátiles sospechosos, sólo puede ser bienvenida.
Ahora bien, el uso de información privilegiada en el mercado es una práctica tan extendida que sería utópico esperar que una medida de este corte acabe con las fugas de datos sensibles. A medio plazo, eso sí, la conciencia de los directivos de estar presentes en una lista puede desincentivarles de, bien tratar de lucrarse, ellos o sus allegados, con información privilegiada, bien irse de la lengua con demasiada facilidad.
En un sentido más amplio, la puesta en marcha de esta normativa demuestra la eficacia del procedimiento Lamfalussy. El trámite de la directiva-marco sólo trató los aspectos más generales, lo que evitó que se enfangase en las habituales luchas nacionales acerca de los detalles de los textos. Estos detalles sólo se establecen en la directiva de segundo nivel, que ha sido aprobada por la Comisión Europea tras consultar a los reguladores, lo que ha agilizado el farragoso proceso legislativo europeo.