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Comunidad Valenciana

La vocación exportadora de las firmas valencianas se resiente

La crisis de los sectores tradicionales de la Comunidad Valenciana empieza a ponerse de manifiesto en la balanza comercial. La vocación exportadora de las pymes valencianas es ya incapaz de detener la llegada masiva de productos de países terceros

Es casi una frase hecha usada por políticos y empresarios: 'La tradicional vocación exportadora de los valencianos...', a la que sigue cualquier reflexión más o menos inspirada. Lo cierto es que la Comunidad Valenciana ha sido históricamente una región volcada al comercio exterior, con unos sectores tradicionales que han conseguido envidiables cuotas de ventas al extranjero. No en vano, de la Comunidad Valenciana salen aproximadamente el 12% de las exportaciones españolas, sólo superada por Cataluña, que controla el 25% del total.

Sin embargo, algo está cambiando, y la muestra más clara es la tendencia que en los últimos años está marcando la tasa de cobertura, es decir, la diferencia entre lo que se exporta y lo que se importa. En el pasado mes de junio, último dato facilitado por la Dirección Territorial de Comercio, esa tasa se situó en el 101,9%.

Es el peor mes de junio de la serie estadística disponible y posiblemente de la historia, con el agravante de que las exportaciones se han sustentado en el incremento del sector del automóvil (la factoría de Ford de Almussafes). Su incremento acumulado en 2004 del 20,7% ha tapado la caída de los sectores tradicionales que presentan en estos primeros seis meses retrocesos respecto al año anterior: un 12% del calzado, superiores al 6% en textil y mueble, el 14% la iluminación y del 25% en juguetes (influido por la marcha de Hasbro). Sólo se salva el sector azulejero.

Al margen del aspecto coyuntural que supone la fortaleza del euro, los empresarios consultados coinciden en que existe una evidente causa estructural que pone en duda el futuro de muchas pymes dedicadas a estos sectores que durante décadas han supuesto el tejido productivo valenciano. La débil apuesta en I+D de muchas de ellas, la poca inversión en la marca y la imposibilidad de competir por precios con países en vías de desarrollo dibujan un futuro muy poco esperanzador. 'Al juguete le quedan cinco años de estar aquí', ha llegado a afirmar en privado un empresario del sector con el rabillo del ojo mirando a China.

Al mismo sitio al que mira el sector textil, que asiste incrédulo a la aproximación del 1 de enero de 2005, momento en que desaparecen los aranceles para las importaciones de este sector desde el gigante asiático.

La balance comercial, que hace diez años superaba el 150%, está a punto de consolidarse en negativo por el incremento de las importaciones. Y esa es la clave: lo que llega en los contenedores al Puerto de Valencia es lo mismo que fabrican las pymes tradicionales.

Entre la deslocalización y la reconversión

Las distintas patronales sectoriales insisten en que hay que tomar medidas para hacer frente a los próximos años, son muy pocos los movimientos que se ven entre las empresas que como mucho apuestan por deslocalizar producción. Sectores como el del mueble llega a recomendar una reconversión para subsistir.

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