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Venta

Alstom vende a Vossloh la fábrica de Valencia sin recorte de plantilla

Alstom avanza en su plan de reflotamiento y despeja el futuro de su filial española. La multinacional ha alcanzado un acuerdo preliminar para la venta de la fábrica de Valencia al grupo alemán Vossloh. A falta de algunos flecos, el pacto, incluido dentro del plan de rescate del grupo pactado con Bruselas, preserva los 400 puestos de trabajo de la fábrica.

El presidente de Alstom España, Antonio Oporto, comunicó el viernes el preacuerdo entre ambas partes en una reunión que celebró con los trabajadores del centro valenciano.

La venta de la factoría, especializada en la fabricación de locomotoras y bogies (equipo de rodadura) y trenes modulares para el mercado regional, forma parte del plan de rescate que la multinacional francesa ha pactado con la Comisión Europea, en respuesta a las demandas de ésta última.

Ese programa de salvación para un grupo que atravesaba una situación financiera crítica implicaba la venta de una serie de activos que generan unas ventas anuales de 1.500 millones. La fábrica de Valencia registra una facturación de 90 millones, según explicó Vossloh el viernes en un comunicado.

El grupo alemán cuenta con 4.300 empleados y en 2003 ganó 55 millones

Como contrapartida a esas desinversiones, el ejecutivo comunitario permitió a Alstom realizar una recapitalización de hasta 2.500 millones con ayuda del Estado francés.

Vossloh fabrica diversos tipos de material ferroviario, aunque está especializada en la producción de locomotoras y equipos y componentes para este tipo de vehículos. También produce sistemas de protección y seguridad y ofrece servicios de mantenimiento. El grupo, que cotiza en la Bolsa alemana, cuenta con una plantilla de 4.332 empleados y en 2003 obtuvo un beneficio neto de 55 millones de euros sobre unas ventas totales de 919 millones. En el primer trimestre de 2004, Vossloh ha obtenido un resultado neto de 8,5 millones, frente un resultado positivo de 20,8 millones el año anterior.

El presidente del comité de empresa de la planta valenciana, David Verdoy, mostró su satisfacción tanto por el hecho de que el comprador 'cumple las demandas de los trabajadores de que fuera una empresa del sector ferroviario', como por la firma del acuerdo con la compañía que garantiza los 400 empleos y la carga de trabajo actual.

Respecto a Vossloh, Verdoy destacó el hecho de que la producción de la firma alemana, especializada en locomotoras diesel hidráulicas, y la de la planta valenciana, locomotoras diesel eléctricas, 'son complementarias, como también lo son los mercados a los que se dirigen'. Destacó que la presencia de una nueva empresa que llega a competir en el sector ferroviario en España se produce 'sin un incremento de trabajadores, lo cual es positivo ya que no se produce un incremento de oferta que pudiera desembocar en una grave crisis en época de vacas flacas'. Respecto al acuerdo rubricado entre la plantilla y la dirección de Alstom -que deberá también firmar la compradora, aunque se supone que conoce los términos- destaca, al margen del mantenimiento de la plantilla y de la carga de trabajo (estimada en unos cuatro años), la planta mantendrá también la licencia que tiene con General Motors así como la propiedad de los diseños de productos que se han desarrollado íntegramente en Valencia durante los últimos años.

Otro aspecto al que se compromete Alstom es que aquellos concursos a los que ha optado la multinacional francesa contando con que se tenían que fabricar en Valencia se queden allí en caso de que se resuelvan durante el periodo en que se concluye la operación de venta.

El comité y la dirección también han acordado constituir una comisión de seguimiento y comunicar el acuerdo a las Administraciones central y autonómica para que actúen como garantes del cumplimiento del acuerdo.

Las cifras

90 millones de euros anuales factura el centro que Alstom posee en Valencia, especializado en fabricar locomotoras.31% es el máximo que controlará el Estado francés en el grupo tras completar el plan de saneamiento.1.500 millones de ingresos cederá el grupo al vender los activos exigidos por la UE.

Una 'cesión de activos' para seguir vivos

La venta de la planta valenciana de Alstom es parte del sacrificio al que obligó el comisario de la Competencia de la Comisión Europea, Mario Monti, a la firma francesa a cambio de dar el visto bueno al plan de rescate diseñado por el Gobierno francés. Precisamente será el capital público el que saque del agujero financiero a la compañía, aportando capital que refuerce los fondos propios del grupo. El Gobierno francés acabará siendo el máximo accionista de la empresa (no podrá pasar del 31,5%), aunque Monti limitó la permanencia del capital público en el accionariado a cuatro añosSon cerca de 2.500 millones de euros los que prevé captar la compañía. En ellos se incluyen los que ingresará por las tres desinversiones previstas inicialmente y anunciadas por el consejero delegado Patrick Kron el pasado mes de mayo: las plantas de Valencia, Australia y Nueva Zelanda. Entonces se valoró las ventas que generaban esos activos en 100, 200 y 450 millones de euros, respectivamente.Este plan de rescate, que deja como única presencia de Alstom en España la planta de Barcelona, debe permitir dar la vuelta a una cuenta de resultados que en 2003 firmó su peor año, con pérdidas de 1.836 millones (frente a los 1.432 millones del año anterior) y una deuda acumulada de 3.000 millones que, en parte, será capitalizada.

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