La transparencia de la CNMV
El vicepresidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Juan Jesús Roldán, verificó el último folleto continuado de Telefónica a pesar de que los servicios jurídicos del regulador pusieron objeciones porque no detallaba la indemnización recibida por el ex consejero delegado de la operadora, Fernando Abril Martorell.
Telefónica desglosó su información sólo hasta donde la obligó el regulador, con lo cual pudo mantener oculta la cifra de la indemnización. Y no cabe duda de que habría publicado la cifra exacta si así lo hubiese reclamado la CNMV. En cuanto a Roldán, tiene entre sus atribuciones la toma de este tipo de decisiones, desoyendo a la asesoría jurídica. Pero en un momento en el que la transparencia de las empresas cotizadas se considera crítica para la estabilidad de los mercados, resulta sorprendente que el vicepresidente de la CNMV opte por desoír a su propio servicio jurídico.
El mandato de Roldán vence a principios de octubre, al igual que el de Blas Calzada, presidente del órgano regulador. Ambos fueron colocados en estos puestos por el Gobierno del PP, un partido que ahora reclama que el presidente de la CNMV sea validado por las tres quintas partes del Congreso. Según el Grupo Parlamentario Popular, 'instituciones como la CNMV, de cuya actividad depende en gran medida la salud del sistema financiero español, podrían ver debilitada su credibilidad si la designación del máximo representante no está acompañada del necesario consenso'. La premura del calendario probablemente no permita hacerlo en este caso, pero nada impide que se haga en el futuro. Para empezar, el sustituto de Calzada podría someterse a examen ante los parlamentarios una vez designado (siguiendo el modelo anglosajón). Lo que sí es inaplazable es que el nuevo equipo dé un empujón a la credibilidad de la CNMV, ejerciendo con rigor y firmeza su papel de supervisión y control.