La reforma del Pacto encalla en las propuestas de flexibilización
Los ministros de Finanzas de los 25 comenzaron ayer el debate de la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Avanzaron en lo formal y encallaron en lo fundamental: en qué condiciones excepcionales no se aplica el pacto, y cuánto tiempo se permite superar el déficit del 3% al país que incumple (ahora un año).
El primer debate a nivel ministerial sobre la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento dejó ayer marcado en La Haya el terreno de negociación para los próximos meses. Si bien los 25 ministros de Economía de la UE fueron capaces, bajo la batuta de la presidencia holandesa, de aceptar las propuestas más edulcoradas de la citada reforma, les resultó imposible avanzar en los dos puntos más conflictivos: la ampliación de la cláusula de suspensión del Pacto, que ahora sólo exime de su cumplimiento a los países que sufren una caída del producto interior bruto superior al 2%, y la prolongación del plazo de un año para corregir las desviaciones fiscales cuando el déficit supera el 3% del PIB. Varios países, con Austria y Finlandia a la cabeza, impidieron seguir avanzando.
'No podíamos resolverlo todo en un día', justificaba el ministro holandés y presidente semestral del consejo, Gerrit Zalm. El comisario de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, también prefería enfatizar los puntos en los que se alcanzó consenso. 'Me satisface que los 25 ministros de Economía hayan respaldado la propuesta de reforma presenta por la Comisión como punto de partida para el debate'. 'Ese documento era una buena base para la discusión, y la prueba es el resultado de hoy', elogió Zalm.
Entre los banqueros centrales, que asistirán hoy a la segunda y última sesión del consejo informal que se celebra a orillas del mar del Norte, la propuesta no es tan popular. El Bundesbank alemán y el banco austríaco han arremetido contra lo que descalifican como una vía para la relajación fiscal en la zona.
'Nosotros también queremos mantener el Pacto', contraatacó el ministro francés, Nicolas Sarkozy, partidario de la reforma. 'Pero queremos que contribuya tanto a la estabilidad como al crecimiento'. Sarkozy dudó de la utilidad de unas normas que incumplen la mitad de los países de la zona Euro: 'eso indica que hace falta otra lectura del Pacto'. 'Se trata solo de restablecer la credibilidad del marco de vigilancia fiscal', coincidió Almunia.
Los ministros, de momento, consiguieron avalar la parte menos conflictiva de la reforma. Como habían hecho en otras ocasiones con menos alharacas, ayer se comprometieron a extremar la vigilancia fiscal durante las etapas de bonanza, a basar sus previsiones de déficit y crecimiento en datos realistas y a mejorar el control de la deuda pública. La parte de la reforma avalada ayer, y sobre la que deberán discutir ahora los técnicos, retrotrae por tanto el debate cinco años. La reforma verdadera tardará aún en llegar.
Tregua indefinida para Berlín y París
Berlín y París pueden esperar con tranquilidad a que culmine la reforma del Pacto de Estabilidad. El comisario de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, indicó ayer al término de la primera jornada del consejo de ministros de la UE, que 'los expedientes contra los dos países por superar el máximo de déficit público permitido avanzarán paralelamente a la reforma del Pacto', por lo que no cabe esperar que la Comisión presente nuevas exigencias sobre el déficit en los próximos meses. La reforma del Pacto podría prolongarse, al menos, durante todo lo que queda de año.Los ministros de Economía suspendieron en noviembre de 2003 los expedientes contra Berlín y París cuando se aproximaba la fase de las sanciones, pero el Tribunal de la UE anuló esa decisión.