Los expertos recomiendan la adhesión de Turquía a la UE
Ahora o nunca. La Comisión Europea ultima el veredicto sobre las aspiraciones de Turquía a integrarse en la Unión Europea y la mayoría de los expertos coinciden en que Ankara no aceptará un nuevo portazo. La probable apertura de negociaciones en 2005 situará el horizonte para la adhesión más de una década después.
Con toda probabilidad,el ejecutivo recomendará el próximo mes de octubre la apertura de negociaciones con Ankara. El séptimo examen anual sobre las aspiraciones de Turquía a la integración en la UE considerará, por primera vez, que el enorme país oriental satisface todos los requisitos económicos y políticos para convertirse en socio del club.
Las abundantes carencias en el sistema político o legal turco se considerará que pueden ser solventadas durante unas negociaciones que, previsiblemente, se prolongarán durante más de una década (las de España duraron casi ocho años).
El pistoletazo de salida corresponderá al Consejo Europeo que los 25 socios celebrarán en diciembre en Bruselas. Los países con más inmigración turca (Austria, Alemania, Francia, Bélgica y Holanda) mantienen aún serias reticencias, pues temen la reacción de sus opiniones públicas ante la incorporación de un país musulmán.
El futuro sistema de votación en el consejo de Ministros de la UE, que equipara el poder de cada país a su población, y la probabilidad de que un país tan poblado absorba una gran parte de las ayudas regionales, también juegan en contra de Ankara.
Pero ningún gobierno parece dispuesto a asumir en solitario la responsabilidad histórica de cerrar, quizá para siempre, la puerta a Turquía. 'Su adhesión es indispensable para la seguridad de la región y para nuestra propia seguridad', enfatizó ayer el ex primer ministro francés Michel Rocard durante la presentación de un informe independiente sobre la candidatura turca (entre los autores figura el antiguo comisario europeo Marcelino Oreja).
El documento recomienda de manera inequívoca el inicio de negociaciones tan pronto como Turquía cumpla los requisitos necesarios. 'Un nuevo retraso dañaría la credibilidad de la UE', alerta el grupo de expertos, para añadir que 'un fracaso en el proceso de adhesión podría desencadenar una seria crisis de identidad en Turquía, lo cual generaría inestabilidad y disturbios a las puertas de la UE'.
Los beneficios de la integración, en cambio, serían abundantes para ambas partes, según los expertos. A Ankara le permitiría consolidar la transición hacia un estado de derecho, democrático y laico. A cambio, aseguran, el gigante turco añadirá consistencia a la incipiente política exterior y militar de la Unión.
Un largo debate resuelto hace 50 años
La aspiración de Ankara, o de su élite dirigente, a integrarse en la UE suscita en el seno del club un eterno debate sobre la europeidad de los turcos. Los expertos recuerdan que, desde el punto de vista institucional, esa discusión quedó zanjada en 1949, cuando Turquía se incorporó al Consejo de Europa, órgano encargado tras la Segunda Guerra Mundial de velar por los principios y valores europeos en el Viejo Continente. Desde entonces, Ankara ha participado en todas las organizaciones continentales y transatlánticas (OTAN, OCDE o BERD). En 1987 la Comisión también hizo un gesto al distinguir entre la solicitud de ingreso de Marruecos, rechazada por proceder de un país no europeo, y la de Turquía, al que no consideraba preparado.