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Fiscalidad en Europa del Este

Los beneficios tributan al 19% en Eslovaquia

Pedro Fernández, de Garrigues, explica las nuevas normas tributarias que incentivan la inversión extranjera

Con una población cercana a los cinco millones y medio de habitantes, y una renta per cápita igual al 27% de la española, no parece que la República Eslovaca sea en sí misma un mercado con mucho potencial para los empresarios españoles.

Ahora bien, conviene matizar esta afirmación, pues esa relativamente pequeña dimensión no debe hacernos obviar la interesante posición de Eslovaquia, tanto desde el punto de vista geográfico como institucional.

Su situación en el mapa puede ser una buena plataforma para ubicar allí centros de producción desde los que establecer eficientes redes logísticas para abastecer el mayor mercado de Europa central y oriental.

En el aspecto institucional, los eslovacos se han comprometido con energía a cumplir con los criterios de Maastricht como más tardar en el año 2007, lo que les permitiría unirse al Euro dos años después.

Esta estrategia se traduce en la puesta en marcha de varias reformas estructurales de gran alcance, que afectan a su sistema de pensiones, de sanidad, de educación, y fundamentalmente a su sistema fiscal.

Así, en 2004 están estrenando un sistema reformado, con una clara inclinación a favor de los impuestos indirectos en detrimento de los directos sobre la renta. El impacto estimado en el presupuesto del año en curso es un aumento de la recaudación 2.000 millones de coronas eslovacas, cuando se prevé que los impuestos sobre la renta y sociedades disminuyan 20.000 millones, aumentando sustancialmente el IVA e impuestos especiales.

El dato más llamativo es sin duda el establecimiento de un tipo único del 19% en el impuesto sobre la renta, coincidente con el que grava el beneficio de las sociedades.

Una reforma de tal calado está haciendo que países vecinos vean a Eslovaquia como un motor de cambio, incluso Austria está sintiendo el efecto de la reducción de los tipos de gravamen.

Este nuevo marco fiscal, y la eliminación de barreras propias del acceso al mercado interior de la UE, habrán jugado un papel fundamental en la decisión de PSA Peugeot y de Hyundai Kia de instalar en el país plantas con enorme capacidad de producción de automóviles, que unidas a la que ya tiene el grupo VW harán de la República un centro especializado en esta industria.

Para empresarios e inversores españoles, el establecimiento de filiales en la República Eslovaca, de producción o distribución, centrando en ellas actividades de cierto valor añadido, pueden resultar además interesantes para reducir la factura fiscal global de la empresa.

Esta oportunidad se consolida no sólo debido al menor tipo de gravamen de allí, sino a la ausencia de retención sobre los dividendos y la posibilidad de dejar los dividendos exentos en España, al proceder de actividades empresariales y de un país que tiene firmado con España un Convenio de Doble Imposición. Eslovaquia tiene una aceptable red de convenios (39 países) que contribuye a confirmar su papel de plataforma de inversión para acceder a otros mercados.

En definitiva, la República Eslovaca tiene una interesante coyuntura, ante el reto de aprovechar su entrada en la UE y de acceder al euro.

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