Un Pacto razonable
La Comisión Europea aprobó ayer el informe del comisario de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, sobre la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento para adaptar su aplicación a las circunstancias económicas de cada país. Algunos presentan esta reforma como un traje 'a la medida' de Alemania y Francia, para permitir a sus Gobiernos seguir superando el tope de déficit público autorizado sin recibir reprimenda alguna. Pero éste no es el objeto ni el espíritu de la reforma. Las bases y los objetivos del Pacto se mantienen, la aplicación del mismo se refuerza con una mayor vigilancia del nivel de deuda pública y más mecanismos de prevención del déficit. Y además se reforzarán los instrumentos de cooperación económica en la UE para impulsar las reformas acordadas en Lisboa. De lo que se trata es de renunciar al integrismo fiscal sin matices y aplicar el Pacto de manera más inteligente y eficiente.