Saludable competencia
La aerolínea irlandesa de bajo coste Ryanair dio ayer otro golpe de efecto al anunciar que regalará miles de vuelos en sus nuevas rutas desde Santander a Roma, Londres y Fráncfort, y desde Zaragoza a Londres. Una manera original de publicitar los nuevos enlaces y, de paso, congraciarse con la clientela. Ryanair ya opera en ciudades como Girona, Valladolid, Málaga y Murcia. Con la apertura de nuevas rutas a fin de año, reafirma su apuesta por un mercado en el que las aerolíneas de bajo coste tienen cada vez mayor peso.
Según datos de Aena, este tipo de compañías coparon el 10% del mercado español en 2003 y probablemente duplicarán su peso este año. Mientras, las grandes permanecen estancadas o ceden terreno.
Como el resto de las aerolíneas de bajo coste, Ryanair no está exenta de dificultades y tiene que hacer malabarismos para mantener unos estándares básicos de calidad del servicio. Pero la situación financiera de algunas de las compañías tradicionales es mucho más grave (la dirección de Alitalia acaba de anunciar que la empresa tiene liquidez para sólo un mes), y los problemas de calidad de servicio también son notables en las grandes del sector (British Airways provocó el mes pasado un auténtico colapso en el aeropuerto londinense de Heathrow debido a 'escasez de personal').
Contemplando todas las variables de la ecuación, millones de viajeros han decidido que las aerolíneas de bajo coste suponen una buena alternativa en la relación calidad/precio. Y se benefician de esta oferta en un número creciente de enlaces con el extranjero. Sería bueno que también pudiesen hacerlo en conexiones nacionales, sobre todo allí donde los precios siguen siendo absolutamente disparatados a pesar de que teóricamente se opera en régimen de libre competencia.