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Tribuna
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Los máximos en el mercado del crudo

Máximos de precio. Pero también máximos de producción. E incluso máximos de demanda. Toda una combinación que da qué pensar.

En teoría económica la subida de los precios responde a un desajuste de la demanda sobre la oferta. ¿Ocurre esto ahora? Es evidente que no. La oferta supera a la demanda, al menos a la demanda para su consumo. Y la mejor prueba es la fuerte acumulación de inventarios en los últimos meses, de forma que en EE UU (quizá el principal responsable, aunque sea sobre el papel, del aumento de la demanda durante este ejercicio) el nivel de inventarios de crudo supera ya al promedio histórico.

Entonces ¿por qué siguen subiendo los precios? Cualquiera que tenga una mínima experiencia en el funcionamiento de los mercados sabrá que los precios pueden retroceder sin volumen. La ya habitual inestabilidad de las Bolsas en verano, en demasiadas ocasiones a la baja, puede ser el mejor ejemplo. Pero detrás de una subida de los precios tiene que haber demanda. Al menos en la mayoría de los casos. En cierta medida, también en el mercado del petróleo. Aunque el hecho de ser una materia prima imprescindible la convierte en un caso especial: es un mercado propicio para la especulación.

El cártel petrolero de la OPEP es de los más beneficiados por la actual escalada del precio, pero también teme un futuro derrumbe

Dos tipos de especulación, quizá una de ellas más próxima a la cobertura de las compañías: se quiere asegurar un suministro pagando un mayor precio. Pero también especulación financiera, favorecida por la elevada profundidad del mercado de derivados sobre el petróleo. Aquí no existe el problema de la entrega física del producto, ya que la liquidación se produce por diferencia de precios entre el acordado en el contrato y el de mercado a vencimiento. No me cabe la menor duda de que la escalada actual de los precios del petróleo responde a esta doble cobertura-especulación, siendo esta última la que explica en mayor medida la subida de los precios. Aunque es difícil de concretar, quizá entre un 20%/30 % del precio se debe a la especulación financiera.

Pero probablemente con el párrafo anterior no les he descubierto nada nuevo. Tanto se ha escrito sobre la subida de los precios (llevamos ya varios meses asistiendo a su continuo repunte, en estos momentos alcanzando máximos históricos) que cualquier información adicional se queda rápidamente obsoleta.

Ahora todos estamos pendientes de la evolución de los acontecimientos en Rusia, sabiendo de antemano que cualquier nueva desventura de Yukos puede llevar a nuevas subidas de los precios. Estamos hablando de una empresa que produce algo más del 3% de la producción total. Poco importante, salvo que a corto plazo exista un problema de rigidez para que otros productores la suplan.

Lo importante ahora es cómo concretar este corto plazo: petróleo hay, de forma que hasta la propia OPEP podría ya en septiembre aumentar su producción actual en otros dos millones de barriles diarios (doblando su actual capacidad excedente). Ya saben, la capacidad de extracción de crudo es relación directa a los precios. A mayores precios, mayor capacidad desde pozos que anteriormente no eran rentables.

La variable tiempo se convierte ahora en básica. Ya comienzo a escuchar a analistas advertir de las consecuencias sobre la economía mundial (su impacto en la inflación parece pasar ahora a segundo plano, algo en lo que no estoy muy de acuerdo) de un petróleo a 40, 50 y hasta 60 dólares el barril. Los analistas técnicos fijan el siguiente nivel de resistencia de los precios en los 50 dólares tras aclarar que en términos reales aún estamos lejos de los máximos observados en la primera Guerra del Golfo.

Y el periodo estival actual hace el resto, exasperando a unos inversores y empresas aún no convencidos del todo de la bondad de la recuperación económica tras casi dos ejercicios de que haya finalizado la recesión anterior.

Sinceramente, desconozco si los precios del petróleo van a seguir subiendo. Inicialmente pensaba que la barrera de los 40 dólares el barril sería infranqueable por dos razones. La primera, por haberlo sido en varias ocasiones en el pasado, incluso en situaciones de tanta o incluso más incertidumbre que la actual. Pero es que, además, cuanto más lejos estén los precios de su nivel de equilibrio (en mi opinión, no muy lejos de los 28 dólares) mayor sería el riesgo de que la especulación financiera 'hiciera caja'.

Esto último no ha ocurrido, de forma que el exceso de precios no ha hecho otra cosa que aumentar. Pero ya saben lo que ocurre con los excesos, con la burbuja tecnológica de los noventa como el último mayor ejemplo.

El presidente de la OPEP ha definido el nivel actual de los precios del petróleo como de locos. Es evidente que el cártel, ahora uno de los más beneficiados por la subida, también teme su futuro derrumbe. Bien porque al final muchos inversores deshagan posiciones largas en el mercado, bien porque al final lleve a la temida desaceleración económica mundial. De cualquier forma los precios acabarán bajando, aunque es evidente que todos deseamos que sea por la primera condición. Pero comienzo a temer que acabe ocurriendo la segunda.

Economista jefe de Citigroup en España

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