El motor sale del túnel
Los fabricantes de automóviles han logrado remontar el bache en el que se metieron a principios de la década. En el primer semestre de este, año, el resultado de los principales grupos mejoró una media del 28,3%, con un alza del 5,2% en la facturación. El rebote se ha basado, fundamentalmente, en el esfuerzo de contención de costes realizado, en una mejoría de la confianza de los consumidores tanto en Estados Unidos como en la UE y en el todavía reinante entorno de bajos tipos de interés.
Pero esta vuelta a la luz no oculta su gran losa, la acuciante falta de rentabilidad. Los nueve mayores fabricantes apenas retienen como beneficio el 2,5% de lo que facturan. Este bajo retorno deja a las compañías indefensas ante cualquier vaivén de los ciclos económicos y les obliga a aumentar exponencialmente sus volúmenes de ventas, a veces por encima de las necesidades del mercado. Por ello, las marcas cada vez se muestran más agresivas. De hecho, se han embarcado en una guerra de ofertas en la que la marcha atrás es difícil y el riesgo se desboca.