Marejada inmobiliaria en Bruselas
Entre los quebraderos de cabeza que esperan en Bruselas al futuro presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, figura la gestión de los bienes inmobiliarios. Las dependencias de la Comisión en la capital belga ocupan 734.000 metros cuadrados y, tras la ampliación de la UE, ya echa en falta unos 20.000 más. En dos años expiran además los contratos de alquiler, en leasing, de 11 edificios (113.500 metros cuadrados), sobre los que tendrá que decidir. La concentración de las instituciones comunitarias en la misma zona, el llamado barrio europeo, no facilita la movilidad y, según la Comisión, amenaza con hinchar los precios de alquiler y compra. La presión aumenta porque el Parlamento y el Consejo de Ministros también están ampliando sus sedes en el barrio. Los locales de las tres instituciones ya abarcan 1,6 millones de metros cuadrados, el 45% en el barrio europeo. Para alivio de Barroso, el Gobierno belga ha prometido entregar en otoño el Berlaymont, la emblemática sede de la Comisión cerrada hace más de una década para su renovación. Lo mismo le prometió a Romano Prodi cuando tomó posesión en 1999.