El infierno hace crecer la economía
El temor a las llamas del infierno incentiva el crecimiento económico porque es un estímulo para no aceptar sobornos o caer en la corrupción, según un estudio de la Reserva Federal de San Luis (EE UU).
Los economistas Kevin Kliesen y Frank Schmid, de uno de los bancos que componen la Reserva Federal, llegaron a esta conclusión tras realizar un análisis econométrico de dos variables: la creencia en el infierno y la renta per cápita que, a su juicio, están relacionadas. Así, en Estados Unidos, donde un 71% de la población reconoce la existencia del demonio, los ingresos por persona superaron los 34.000 dólares.
Sin embargo, los autores de este estudio no explican por qué en los países nórdicos, como Dinarmarca o Suecia, donde la creencia en el anticristo baja a un 10% o 12% de la población, la renta per cápita es de las más altas, entre 29.000 y 24.000 dólares.
La relación entre el crecimiento económico y la religión no es una idea nueva. Ya Adam Smith concebía los credos como mecanismos morales que garantizan el cumplimiento de las normas. Y el sociólogo alemán Max Weber señaló que el protestantismo estimula el crecimiento económico al valorar el trabajo, la austeridad, la puntualidad y el cumplimiento de las promesas.
Según estas teorías, tal vez los Gobiernos, en vez de invertir en infraestructuras, deberían construir iglesias y dedicarse a describir los tormentos del infierno.