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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Alerta roja en el sector turístico

Las alarmas del sector turístico no dejan de sonar. El balance del primer semestre de este año revela que la actividad se ha estancado en España: menos visitantes, menos días de estancia, menos consumo individual y, por tanto, menos ingresos. Menos negocio, en definitiva. Todos los indicadores reflejan la necesidad de reflexionar seriamente sobre el futuro de un sector que se ha expandido sin medida a la sombra de un monopolio natural que empieza a agotarse.

Los conflictos armados de los últimos 15 años, especialmente en Europa del Este, han convertido a España en un oasis de seguridad, que, combinado con unos precios competitivos para los europeos, han hecho del mercado hispano uno de los más atractivos de Europa. Pero esta situación cuasi monopolística ha viciado la política de los operadores, que han estirado sin medida la oferta y los precios, ante la pujanza de una demanda portentosa.

Ahora, sin embargo, el mercado se ha abierto y la competencia de destinos como Croacia o el norte de África, amén del añadido atractivo que han proporcionado a las tradicionales costas atlánticas y pacíficas los menores precios del transporte aéreo, ha transformado radicalmente el negocio. La calidad relativa del producto turístico español se mide ya teniendo en cuenta el precio de factores que antes no contaban, como precios del transporte y riesgo geopolítico. Y, al parecer, la oferta española empieza a perder la batalla, especialmente para los visitantes extranjeros, antes fieles al verano hispano.

El futuro de una actividad que genera más del 11% del PIB nacional está en riesgo. La corrección hecha en las tarifas, inapreciable para la demanda interna, no ha frenado la competencia de los nuevos destinos, en una suerte de deslocalización atípica de los demandantes que sólo puede atenuarse a base de calidad y precio. Es hora, pues, de acometer en serio una profunda transformación del sector. Demorarla o camuflarla puede ser catastrófico.

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