El lujo de vestirse con un reloj hecho a medida
Corum no juega la carta del minimalismo para vender sus relojes. Les gusta decir que practican alta costura en la relojería. Y sus modelos son una combinación de originalidad, transgresión y color. Dirigidos a un público selecto, que no sigue los dictámenes de la moda.
'Nuestro público no son fashion victims', explica Ángel Iborra, director general de Corum. Esa búsqueda de lo exclusivo les ha llevado a ofrecer a sus clientes la posibilidad de crearles la pieza de sus sueños. La imaginación y, sobre todo, el bolsillo del cliente, ponen los límites. Hasta ahora, ningún comprador ha superado los cinco millones de euros, el precio más caro pagado hasta el momento por un reloj Corum.
Sin embargo, engalanarse con un reloj exclusivo es posible a partir de 8.000 euros. La firma relojera suiza, propiedad de Severin Wunderman, antiguo responsable de relojería de Gucci , canaliza a través de su red de puntos de venta las peticiones de relojes a medida. Una vez el comprador define el tipo de modelo que desea y qué piedras preciosas (rubíes o esmeraldas las más demandadas) o complementos se le añade, la solicitud se traslada a la sede de la compañía en Suiza. A partir de ese momento comienza un trabajo artesanal para darle vida, una tarea a la que pueden destinar hasta 800 horas. El interior de la esfera se pinta a mano y las piezas son montadas a pulso por el relojero.