Marks & Spencer se renueva para esquivar la oferta de Philip Green
El grupo de distribución británico Marks & Spencer prometió hoy que reducirá sus costes y repartirá a sus accionistas 2.300 millones de libras (3.450 millones de euros) para que los títulos de los históricos almacenes británicos vuelvan a superar los 400 peniques. El objetivo, renovar totalmente la empresa para hacerse fuertes frente a la insistencia de compra del magnate Philip Green.
El director general del grupo, Stuart Rose, presentó hoy el plan estratégico de la compañía para los próximos ejercicios, con el que pretende acercarse a los accionistas tras haber desestimado una nueva oferta del multimillonario Philip Green y que suponía valorar la compañía en 9.100 millones de libras (13.630 millones de euros).
Según lo anunciado, Marks & Spencer prevé ahorrarse 250 millones de libras en el ejercicio 2005-2006 y otros 320 millones en el siguiente. Para ello advirtió de que se vería obligada a suprimir unos 650 puestos de trabajo como parte adicional del programa de contención de costes.
Para Stuart Rose, la estrategia del grupo pasará a "concentrarse" en sus clientes tradicionales, principalmente mujeres de más de 40 años, y en que sus productos sean de buena calidad y a buen precio. "Nuestro objetivo es devolver Marks & Spencer a nuestros clientes", declaró, además de luchar contra la oferta de adquisición de Philip Green.
Nueva caída de ventas
La compañía aprovechó la ocasión para presentar el balance de ventas del primer trimestre, que arrojó un descenso del 2,8% en la facturación al compararla con las cifras de un año antes. El director general del grupo destacó que la firma mantiene varias debilidades que afectan directamente a las ventas, como su "complejidad", el hecho de que se haya enfocado demasiado sobre sí misma "mientras la competencia se ha acentuado", el "exceso de desorden" que impera en las tiendas y el número desproporcionado de líneas de productos. "La cadena de distribuidores es lenta y hay duplicaciones en la oferta", precisó Rose, quien criticó asimismo que los costes son "muy elevados con respecto a las ventas".