La elección de Durão para presidir la CE abre la batalla por las carteras económicas
José Manuel Durão Barroso, de 48 años, se convertirá el 1 de noviembre de 2004 en el octavo presidente de la Comisión Europea, según decidió ayer 'por consenso' el Consejo Europeo celebrado en Bruselas. El Parlamento Europeo tiene previsto ratificar su nombramiento el próximo 22 de julio.
El primer ministro portugués, cuya coalición sufrió un serio varapalo en los últimos comicios europeos, deja a su país sumido en una grave crisis política con la oposición exigiendo elecciones anticipadas, y sin un candidato pclaro a sucederle en su partido.
Atlantista y populista, Barroso recoge el testigo de un errático y confuso Romano Prodi (1939). El italiano deja las riendas de la Comisión tras un lustro en el que se ha producido el nacimiento físico del euro (2002) y la mayor ampliación de la Unión Europea con la incorporación de 10 nuevos socios en mayo de este año.
Barroso presidirá la primera Comisión en la que los países más grandes (España entre ellos) ya no contarán con dos miembros y la penúltima en la que todos los Estados tendrán derecho a un puesto de comisario permanentemente (la futura Constitución prevé una rotación igualitaria a partir de 2014).
La concesión de la presidencia a un país del tamaño de Portugal abre la lucha entre los países más grandes para adjudicarse las carteras significativa de la Comisión, que no son otras que las del área económica. Ayer mismo, nada más nombrar a Durão, sus ya exhomólogos celebraban una cena de trabajo, sin agenda formal, en la que parecía inevitable abordar el futuro reparto.
El canciller alemán, Gerhard Schröder, aspira nada menos que a una vicepresidencia económica que sirva de parapeto ante iniciativas tan molestas como las que ha soportado Berlín durante el mandato de Prodi (armonización de las normas sobre Opas, ataques al blindaje de Volkswagen, prohibición del sistema de avales públicos de la banca alemana, expediente por incumplir el Pacto de Estabilidad).
El Gobierno español apoyó ayer la candidatura de Barroso, en el que cabe esperar un aliado para mantener la política de cohesión en el próximo ejercicio presupuestario de la UE (2007-2014).
Javier Solana, vicepresidente in péctore
El Consejo Europeo extraordinario celebrado ayer en Bruselas también renovó a Javier Solana como Alto Representante de la UE para la política exterior, con el compromiso expreso de que el español se convertirá en el primer ministro europeo de Asuntos Exteriores tan pronto como entre en vigor la Constitución. Solana asumirá entonces la vicepresidencia de la Comisión Europea, ocupando así la única plaza a que tiene derecho España en ese organismo.El actual comisario de Economía, Joaquín Almunia, cuenta con el respaldo del Gobierno español para continuar en la próxima Comisión a partir del 1 de noviembre. La vicepresidenta, Loyola de Palacio, abandonará ese día el cargo.