La deuda emergente, en pérdidas por primera vez desde hace dos años
La extraordinaria racha alcista que ha vivido la deuda emergente se agota. El segundo trimestre de 2003 será el primero desde mediados de 2002 que estos activos registran pérdidas. Los grandes inversores temen el impacto de las subidas de tipos de interés en Estados Unidos.
Es difícil que los mercados de renta fija, sean del tipo que sean, se comporten bien en un escenario de subidas de tipos', sostienen en la gestora alemana West AM. Pero esta aseveración toma mayor relevancia si los mercados de renta fija son emergentes y si, además, llevan dos años ininterrumpidos de subidas.
La deuda emergente pierde un 5,7% en el trimestre que termina el jueves que viene. Se trata del primer trimestre a la baja desde hace dos años. Hay que remontarse al segundo trimestre de 2002 para encontrar pérdidas en este mercado, medido a través del índice JP Morgan de mercados emergentes.
El descenso de este índice a lo largo de los últimos meses obedece al impacto que han tenido sobre la deuda emergente las expectativas de subidas de tipos en Estados Unidos. La deuda emergente, que se financia mayoritariamente en dólares, es muy sensible a la subida de del precio del dinero estadounidense, porque encarece su financiación. Cuando aumenta el rendimiento del bono a 10 años estadounidense, como ha sucedido, también lo hace el de los mercado emergentes. 'Los factores externos siguen siendo el motor de los mercados emergentes', explican en Citigroup.
El rally alcista de los últimos años puede haber llegado a su fin. Está cundiendo la idea de que el rendimiento de la deuda emergente ha caído demasiado para la calificación crediticia y el riesgo de impago que arrastra. La demanda es menor. 'Los tipos crecen de forma global, así que hay menos liquidez y la tolerancia al riesgo disminuye', explican en West AM.
La menor correlación entre mercados evita las crisis globales
La crisis rusa de 1998 es un claro ejemplo de cómo hace unos años la correlación de los mercados emergentes era muy elevada. El impago de los compromisos de deuda por parte de alguna economía emergente generaba una crisis global difícilmente predecible a priori.De un tiempo a esta parte esa correlación ha descendido hasta el punto de que las últimas crisis emergentes, en Turquía, Argentina y Brasil, apenas han afectado al resto de países en situación crediticia similar. La razón hay que buscarla en las reformas estructurales que los países -sobre todo asiáticos- están realizando.Los expertos no temen una crisis global emergente cuando suban los tipos en EE UU. Pero no ignoran el riesgo de que caigan con fuerza los tipos de la deuda emergente si la Reserva Federal acomete subidas de tipos muy fuertes y en muy poco tiempo.