Secretos de la Moravia
Olomouc, 'la pequeña Praga', según los checos, es la ciudad más monumental de la República Checa, después de la capital. Apostada a orillas del río Moldava, en la región de Moravia, al este de Chequia, esta ciudad parece más austriaca que otra cosa; de hecho está más cerca de Viena que de Praga. En tiempos del imperio austrohúngaro, María Teresa quiso hacer de ella la mayor y más radiante metrópoli en esa porción de sus dominios. Allí paró Mozart por un tiempo, y compuso su sinfonía número 6, allí hizo sus pinitos iniciales Gustav Mahler (que era de la tierra), allí vivieron los últimos reyes checos, se alzó una catedral diez metros más alta que la de Praga, se fundó universidad, se levantaron palacios pomposos muy al estilo austrohúngaro, con aderezo de tranvías, cúpulas de bulbo, fuentes monumentales y un ordenado vitalismo.
Lo mejor de Olomouc es que calza su grandeza en un tamaño aldeano, todo se puede hacer a pie, al menos en el centro. Son apenas 100.000 vecinos orgullosos de su ciudad, y sobre todo de su Columna de la Trinidad, la mejor de todas, más alta que las de Viena o Praga: 35 metros. Es patrimonio de la humanidad y preside una de las plazas más hermosas de la vieja Europa, de sabor laico y burgués, sin templos a la vista, con un ayuntamiento gótico bellísimo.
Desde lo alto de la torre del consistorio se aprecia bien la morfología y sintaxis urbanas: con esta plaza principal (Alta) se engarza otra (Baja) más mercantil, adornada con espléndidas fuentes barrocas. Más cercano se cierne el conjunto de la Universidad (donde enseñaron jesuitas españoles), el palacio del Obispo (tan soberbio que la emperatriz María Teresa, en un ataque de celos, hizo casi tapar con un tremendo Arsenal, hoy Biblioteca). Más alejada se ve la catedral y los restos del palacio de los Premsilidas, la dinastía checa borrada del mapa en el siglo XIV; quedan unos ventanales románicos y unos frescos góticos que aventajan con mucho a la fábrica neogótica de la catedral (rematada en 1892, casi al tiempo que la de Praga).
Los edificios religiosos abruman, como corresponde a una ciudad sometida a la influencia católico-austriaca (e indirectamente española: aparte de los profesores universitarios y jesuitas, el llamado Richelieu checo, cardenal Frantisek Dietrichstein, era hijo de una española). La iglesia gótica de San Mauricio es formidable. Y lo es, por su tamaño, el monasterio de Hradisko, a las afueras, primero benedictino, luego transformado en época barroca (El Escorial checo, lo llaman) y actualmente, hospital militar. Desde aquí hay un largo paseo hasta la colina Santa (Svaty Kopecek) donde la sucursal de verano de los monjes, o Iglesia de la Visitación, es un soberbio conjunto barroco, una joya de estucados, frescos y dorados.
En Olomouc se puede gastar el tiempo que se quiera. Uno no se cansa de sus días apacibles, provincianos, y sus noches fascinantes, trasegando jarras (gigantes) de cerveza en sus dos plazas monumentales, o en las cavas de la muralla, hoy garitos de buen jazz.
Pero es que además los alrededores no dan mucha tregua. Está el castillo de Bouzov, a 38 kilómetros, una fantasía medieval de la Orden Teutónica recompuesta a principios del XX. Y muy cerca, ciudades como Kromeriz, con un fastuoso palacio episcopal que hizo palidecer de envidia a emperadores y zares, y unos jardines patrimonio de la humanidad. O Litomysl, patria del padre de la música checa, Bedric Smetana, al cual dedica en junio un Festival que alcanza su 46 edición y ocupa el patio de un castillo renacentista cubierto de esgrafiados, una de las joyas de todo el país, también catalogado por la Unesco.
Guía para el viajero
Cómo ir:Lo mejor es volar hasta Praga, ya que se pueden encontrar ofertas muy ventajosas para este destino. CSA Czech Airlines (915 426 166) tiene dos vuelos diarios desde Madrid a Praga, a partir de 329 euros más tasas ida/vuelta. Desde Praga a Olomouc se puede ir en tren: hay diez trenes diarios desde la estación central de Praga, Hlavni Nadrazi, el billete de ida y vuelta en segunda sale por unos 10 euros y el viaje dura unas tres horas. También se puede ir por la autopista E 442.alojamiento: Hotel Gemo (Pavelcaková 22, +420 585 222 115, gemo@hotel-gemo.cz) es el mejor de la ciudad, a la entrada misma del casco antiguo, junto a las murallas, un cuatro estrellas en una antigua mansión, con treinta habitaciones en estilo moderno. Lafayette (Alsova 8, +420 585 436 600, hotel@lafayette.cz), otro cuatro estrellas (16 habitaciones). Hotel Flora (Krapkova 34, +420 585 422 200, hotel.flora@ol. mcs.cz), un tres estrellas moderno de gran tamaño. Hotel U Cimbury (en Bouzov, junto al castillo de los Caballeros Teutónicos, +420 585 346 491).comer: Moravská Restaurace (Horni námesti 23, +420 585 226 949), situado en la Plaza Alta, frente al ayuntamiento y junto a la Columna de la Trinidad, es el más prestigiado para probar la cocina morava y checa en general, así como los vinos blancos de Moravia; se puede comer o cenar en la terraza. En Litomysl: Zlatá Hvezda (Smetanovo námesti 84, +420 461 615 338), en pleno centro, la carta enumera hasta 700 platos a elegir.Un lugar de copas: Captain Morgan's, en Olomouc (Rooseveltova 117, 068 523 46 65), sótanos de las antiguas murallas para escuchar buen jazz en directo.