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Balance de las elecciones europeas

La elevada abstención obliga a rebajar el perfil del proyecto constitucional

La escasísima participación en las elecciones europeas que concluyeron el domingo ha asestado un serio golpe a la credibilidad política de la Unión Europea. Los líderes comunitarios se disponen a responder al electorado con un proyecto de Constitución descafeinado que no levante inquietudes en ninguno de los 25 países.

Los ministros de Asuntos Exteriores, reunidos en Luxemburgo para desbrozar el camino hacia la Constitución europea, encajaron ayer con aplomo el resultado de las elecciones y reiteraron la voluntad de cerrar esta misma semana el acuerdo sobre la futura Constitución europea.

'Necesitamos mostrar que Europa funciona', resumió el lacónico ministros irlandés de Exteriores, Brian Cowen, que preside este semestre el Consejo. Su impresión tras la reunión de ayer, la última al más alto nivel antes de la próxima cumbre comunitaria (17 y 18 de junio), es que 'todas las partes están dispuestas a negociar'. La búsqueda del consenso obligará, sin embargo, a rebajar la ambición del texto para hacerlo digerible a todos los Gobiernos y, posteriormente, a las opiniones publicas, sobre todo, la de los países donde la ratificación incluya un referéndum.

Ayer mismo se avalaba la propuesta irlandesa para mantener el veto, real o de facto, en áreas como fiscalidad, seguridad social, justicia e interior. El ministro español, Miguel Ángel Moratinos, optimista empedernido, se resignaba. 'Trataremos de obtener la mejor Constitución, pero habrá que buscar un compromiso (...) en el que los intereses de unos y otros se vean reflejados'.

'Necesitamos una Constitución en la que los intereses de unos y otros se vean reflejados', dijo el ministro de Exteriores español

El compromiso esbozado ayer incluye la posibilidad de que en el terreno de justicia e interior, especialmente sensible para España, se pueda esquivar el veto recurriendo a un acuerdo que no incluya a todos los países de la UE (bastará con que un tercio de países desee aplicarlo). 'Si no hubiéramos conseguido esos mínimos, sí que hubiésemos estado decepcionados', señaló Moratinos.

Los ministros zanjaron así, prácticamente, casi todos los aspectos conflictivos, a excepción de los institucionales (reparto de votos en el Consejo, número de escaños de cada país en el Parlamento y nombramiento del presidente de la Comisión) que se dejan para la mesa de negociación del primer Consejo Europeo de una Unión Europea con 25 miembros. 'Los ciudadanos no entenderían que los jefes de Estado y de Gobierno fracasasen de nuevo. Eso', advirtió Moratinos, 'sería la respuesta más negativa al resultado de las elecciones'.

El proyecto constitucional se inició en 2001 como complemento político a un proceso de integración económica y monetaria que había culminado en el nacimiento del euro. Pero la recta final de las actuales negociaciones coincide con la participación más baja en 25 años de elecciones directas al Parlamento Europeo. 'Después de tres años de trabajo, necesitamos concluir el proyecto esta semana', afirma Cowen. España quiere un sistema de mayoría en el Consejo de Ministros que supedite la aprobación de una norma al voto favorable del 50% de los Estados siempre que representen dos tercios de la población (y no el 50% de Estados y 60% de población que prevé el proyecto actual).

'España no tiene candidato para la Comisión'

'España no tiene candidato', respondió ayer el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, a las sugerencias sobre las posibles aspiraciones de Javier Solana a la presidencia de la Comisión Europea 'Pero la magia de los Consejos Europeos puede dar lugar a todo tipo de opciones'. El puesto queda libre el próximo 1 de noviembre pero los líderes europeos tienen previsto designar al sucesor de Romano Prodi esta misma semana, coincididiendo con el Consejo Europeo que se inicia el 17 de junio.El nombramiento se abordará en la cena que los primeros ministros celebrarán ese día en Bruselas (sin la presencia habitual de Prodi ni de Solana). La persona elegida deberá obtener el respaldo del nuevo Parlamento Europeo, donde entre el Partido Popular (274 escaños) y el Socialista (199) puede ejercer de bisagra el grupo liberal (67). Moratinos considera que el futuro presidente debe ser una personalidad 'indiscutible que pueda liderar una Comisión fuerte'.Entre los candidatos oficiosos figura el primer ministro belga, Guy Verhofstadt (liberal) y el luxemburgués, Jean-Claude Juncker (popular). Surge también el nombre del presidente saliente del Parlamento Europeo, el irlandés Pat Cox (liberal). El grupo popular europeo rechaza al primer ministro belga, Guy Verhofstadt, como candidato a nuevo presidente de la Comisión Europea, según indicó el jefe de esta fracción parlamentaria, el alemán Hans Poettering en Berlín.

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