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Aerolíneas

Iberia eleva su participación en Amadeus al 33,8% en la junta de hoy

La amortización de acciones que hoy aprobarán los accionistas de Amadeus elevará la participación de Iberia en la central de reservas al 33,8% y la de Air France, al 43,21%, mientras la de Lufthansa cae al 9,35%.

Amadeus aprueba hoy una amortización de acciones y lo hace incumpliendo tanto lo anunciado en el folleto de la oferta pública de venta de acciones del pasado mes de febrero como la literalidad del pacto parasocial suscrito entre las tres aerolíneas que controlan la central de reservas.

En el folleto de la OPV mediante la cual Lufthansa colocó en el mercado 78 millones de acciones de la clase A (las que tienen los derechos económicos) se informó a la CNMV y a los inversores que Air France e Iberia iban a comprar a la aerolínea alemana 48,5 millones de acciones de la clase B (las que concentran los derechos políticos).

'En cumplimiento de lo previsto en el Acuerdo entre Accionistas', decía el folleto, Lufthansa 'tiene previsto transmitir a Société Air France y a Iberia Líneas Aéreas de España (...) un total de 48.539.400 acciones de la Clase B' a repartir entre 'Air France (a la que corresponderán 27.235.471 acciones) e Iberia Líneas Aéreas de España (a la que corresponderán 21.303.929 acciones)'.

Eso es precisamente lo que las aerolíneas han decidido finalmente no hacer. El pacto preveía que esas acciones adquiridas fueran amortizadas en la junta de accionistas, como hoy se hará. El resultado final es el mismo, la amortización de esos títulos, pero el camino seguido es diferente tanto al comunicado a la CNMV como al contenido en el pacto de accionistas.

Fuentes de la central de reservas se remitieron a los accionistas para explicar las razones de ese incumplimiento, pues 'Amadeus ni forma parte del pacto de accionistas ni participa en sus decisiones'.

En todo caso, 'Amadeus entiende que el hecho de que las acciones B que poseía Lufthansa se vayan a amortizar directamente sin haber sido traspasadas previamente a Iberia y Air France puede deberse a una mera simplificación del proceso, pues la finalidad va a ser la misma', según la versión de la compañía.

Fuentes de las aerolíneas también aseguraron que el cambio con respecto a lo anunciado obedece simplemente a la intención de simplificar el procedimiento y a 'razones técnicas' que no especificaron.

Riesgo de opa

Fuentes del mercado, sin embargo, apuntan que puede haber una finalidad adicional. Si Air France e Iberia hubieran comprado las acciones de Lufthansa habrían sido parte activa en una operación con la cual su participación en Amadeus se habría elevado en más de un 6% de un solo golpe. Aunque la normativa deja lugar a diferentes interpretaciones con respecto al control conjunto de la compañía, fuentes jurídicas apuntan que cabía el riesgo de que ese salto hiciera incurrir en la obligación de presentar una oferta pública de adquisición de acciones.

En todo caso, la amortización de los títulos va a hacer que la participación de Air France pase del 35,69% al 43,21%, con un aumento de más del 6% que puede impedir a Air France realizar compras a corto plazo. En el caso de la aerolínea española, se pasa del 27,92% al 33,80%, con lo que el salto es de menos de seis puntos. La francesa mantiene, eso sí, su 23,36% de acciones de la serie A y la española, su 18,28%.

Además de la amortización de acciones, la junta de hoy aprobará las cuentas del ejercicio 2003, en el que la cifra neta de negocio alcanzó los 1.929,0 millones de euros, con un incremento de un 3,9%. El resultado neto creció un 8,9% hasta 160,1 millones, y el número de reservas totales fue de 421,8 millones, lo que representa un crecimiento de 6,6%.

La junta también reformará los estatutos para adecuarlos a la nueva normativa sobre transparencia. Además, se exigirá en ellos un mínimo de dos independientes en el consejo de administración, los cuales tendrán un régimen más estricto de incompatibilidades.

Un modelo de control similar al de Google

El pacto parasocial que firmaron Lufthansa, Iberia y Air France a finales de septiembre de 1999 con el fin de mantener el control conjunto de la central de reservas contempla la existencia de dos series de acciones. Unas, las de clase A, concentran los derechos económicos y son las que ahora cotizan en Bolsa. Otras, las de clase B, tienen la inmensa mayoría de los derechos políticos. Esa dualidad viene a funcionar en la práctica como un blindaje reforzado.Es un esquema muy similar al que han diseñado los fundadores de Google para mantener el control de su compañía. Las acciones que se colocarán en Bolsa constituirán la serie A, con un voto por acción. En cambio, las que conservan los fundadores, consejeros y empleados formarán la serie B, con los mismos derechos económicos, pero 10 votos por título y no cotizarán.

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