La OPEP pacta aumentar su producción un 8%, en dos millones de barriles diarios
La cumbre, que se celebra en Beirut (Líbano) ratifica esta decisión, que supone el mayor aumento de las cuotas de la OPEP en los últimos seis años y que ha sido calificada por el ministro de "buen compromiso, que nos dará la posibilidad de pulsar el impacto en el mercado petrolero antes de volver a reunirnos en julio".
Hasta la próxima cita el día 21 de ese mes en Viena, el techo oficial de producción queda establecido en 25,5 millones, pero la mayoría de los productores bombeaba ya por encima de los límites fijados, al máximo de su capacidad productora. Por eso muchos expertos, e incluso algunos países miembros de la OPEP, no han dejado de advertir de que elevar los topes de suministro al mercado tendrá escaso efecto real sobre los precios. Su evolución a medio plazo queda sometida a la presión que pueda provocar un incremento de la demanda y dependerá del grado en que remita el miedo a problemas de abastecimiento y las incertidumbres geopolíticas en Oriente Próximo e Irak.
Las expectativas de que el aumento fuera mayor de lo que ha realmente se ha pactado, de 2,5 millones como pedía Arabia Saudí, o incluso de que el cártel dejara flotar la producción libremente, al gusto de cada productor, como defendía Argelia, desinfló ayer los precios desde máximos, tanto en Londres como en Nueva York. En la pasada sesión, Arabia Saudí y Emiratos Árabes anunciaron además que, al margen de la política oficial, proporcionan al mercado conjuntamente alrededor de un millón de barriles más desde junio para satisfacer las necesidades crecientes.
De la decepción al optimismo
El compromiso alcanzado hoy, decepcionante para quienes esperaban que la OPEP suministrara más barriles, supone un equilibrio entre la voluntad de Riad y las posiciones más escépticas, como la iraní y venezolana, países temerosos de que los precios caigan en picado. Los mercados lo digirieron con desilusión y el crudo de referencia estadounidense y el brent en Londres, rebasaron respectivamente los 37 y los 40 dólares.
Pero por la tarde, Washington anunció que las reservas en EE UU, el mayor consumidor de petróleo del mundo, aumentaron la semana pasada. Lo hicieron además por encima de lo esperado: en 2,8 millones de barriles, hasta 301,7 millones. Lo mismo sucedió con las de gasolina, que aumentaron en 1,3 millones, hasta 204,3. La noticia sirvió para aplacar los ánimos y devolver los precios a 36,40 dólares para el crudo de referencia en Europa, 46 centavos menos que ayer, y 39,28 para los futuros del estadounidense, lo que supone una depreciación de tres dólares respecto de su récord absoluto de 42,45 que marcó el miércoles.