La expansión de las cajas
Muy al contrario de lo que se había vaticinado en los últimos ejercicios, las oficinas bancarias siguen siendo el principal reclamo para captar y atender a los clientes. Es decir, para hacer negocio. Eso es al menos lo que han detectado las cajas de ahorros que siguen abriendo sucursales al mismo ritmo que hace años. Aunque las entidades más grandes, como La Caixa o Caja Madrid, han frenado el ritmo de apertura de oficinas, otras como Bancaja, la CAM o Unicaja han tomado el relevo con planes muy ambiciosos. Su idea es estar presentes en toda España, tras constatar que el mercado español puede estar maduro, pero no saturado. Regiones como Madrid, Levante o Andalucía no sólo concentran gran parte de las oficinas abiertas en España, sino también sus planes de expansión. Y es lógico. En sus zonas de origen las cajas están a punto de tocar techo. Por ello, necesitan salir fuera de sus respectivas comunidades autónomas hacia el resto de España, habida cuenta de que Latinoamérica o Europa son mercados absolutamente vetados. Este movimiento tiene un beneficiado: el cliente, que siempre agradece la competencia. Cuantos más puntos de atención, mejores ofertas. Eso sí, siempre con la cautela de preservar la rentabilidad de la entidad.