Hacienda dice que la recaudación iría mejor sin la reforma del PP
La Agencia Tributaria recalca que la recaudación global por impuestos crecería ahora 1,5 puntos más, en ausencia de la última reforma del IRPF, diseñada por Cristóbal Montoro.
Los primeros resultados de la última reforma del IRPF, elaborados por la Agencia Tributaria, cuestionan parcialmente el modelo de generación de ingresos vía impuestos diseñado por el anterior ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.
æpermil;ste defendió la necesidad de cambios en el impuesto para que, por medio de recortes en sus tipos de gravamen, se generase más actividad económica y, por ende, ingresos públicos.
En el informe sobre recaudación de 2003 (primer año en el que se aplicó el nuevo IRPF) que acaba de elaborar la Agencia Tributaria, el organismo adscrito a Hacienda reconoce que los ingresos por este impuesto han crecido un 4,8%, a pesar de la reforma, pero destaca también que 'en ausencia de ésta, los ingresos tributarios totales (no sólo los del IRPF) hubieran crecido 1,5 puntos más de lo que lo han hecho' (un 5,7%). La reforma, pues, ha venido a drenar recursos al Estado.
Teniendo en cuenta que los ingresos tributarios totales ascendieron a 130.176 millones de euros (163.000 millones en términos brutos), tendríamos un coste recaudatorio de, al menos, 200.000 millones, que no se han podido compensar finalmente con incrementos de otros impuestos (el anterior Gobierno pensaba en el IVA, especialmente y en la recaudación derivada de la creación de empleo adicional).
Aunque la Agencia Tributaria avisa que estos cálculos son 'provisionales' y deben considerarse prematuros (aún falta por incluir la campaña de renta actual, correspondiente al ejercicio de 2003), lo cierto es que la desaceleración de los ingresos tributarios es un hecho y constituye una buena razón para quienes arguyen que las sucesivas reformas tributarias están exprimiendo en demasía la recaudación, de tal forma que no queda mucho margen para financiar gastos prioritarios (sociales, infraestructuras, etc.).
La primera reforma del IRPF del Gobierno del PP (entró en vigor en 1999) se saldó con un coste inicial de 500.000 millones de euros pero, a cambio, la recaudación creció un 7% y aportó 0,5 puntos al PIB. La de 2003 está teniendo un efecto expansivo menor. Este escenario de austeridad ya lo ha puesto en evidencia el vicepresidente económico, Pedro Solbes, para quien en los Presupuestos de 2005 no quedará mucho margen para excesos en el gasto.