La división de transportes lleva a números rojos a la canadiense Bombardier
El fabricante aeronáutico y ferroviario canadiense Bombardier registró una pérdida neta del equivalente a unos 143 millones de euros en el primer trimestre de su ejercicio fiscal 2004/2005, que se cerró el 30 de abril, frente a un beneficio de 44,4 millones de euros en el mismo periodo del ejercicio anterior. Los inversores castigaron los malos resultados del grupo y las acciones de la empresa se desplomaron en Bolsa como reacción a las cifras.
Bombardier atribuyó las pérdidas a los ajustes por valor de 165 millones de euros en los contratos de la división de Transportes, que supusieron un deterioro en los márgenes de beneficio, así como a una carga extraordinaria de unos 70,7 millones de euros por la reestructuración de esta división. Bombardier es el mayor fabricante de trenes del mundo y esa división representa en torno a la mitad de los ingresos del grupo.
El director general del grupo, Paul M. Tellier, expresó su confianza en que las iniciativas que se han puesto en marcha y la nueva dirección de la división devuelva pronto la rentabilidad a esta actividad.
Entre estas medidas destacan la reestructuración de la división, en el marco de la cual se cerró la planta de Amadora, en Portugal, que dejó de producir el pasado 21 de mayo, y la de Doncaster, en Reino Unido, que será cerrada a finales de junio, seis meses antes de lo esperado.
Esta reestructuración ha provocado hasta ahora la reducción de la plantilla en más de 1.000 empleos, dos tercios de los cuales son personal administrativo.