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Transporte

Alstom se da seis meses para vender

Entre tres y seis meses. æpermil;se es el plazo que se ha dado el grupo francés Alstom para vender la planta que posee en Valencia.

Cederá así su puesto como dueño de una factoría que representa buena parte del desarrollo industrial de la ciudad de Valencia y que se remonta a finales del siglo XIX, cuando los astilleros y la construcción ferroviaria animaron una sociedad hasta entonces

agraria.

De momento, no se conoce al posible comprador, aunque la multinacional francesa asegura tener varios candidatos en cartera. No obstante, lo que sí garantiza es que, compre quien compre, la operación no afectará ni a

la carga de trabajo ni a los 400 empleados que trabajan en esta empresa centenaria.

La entrada a Valencia por tren deja al lado izquierdo del viajero unas ahora destartaladas naves dignas de ser recuperadas como arquitectura industrial, pero que seguramente acabarán siendo derruidas para construir viviendas. Son las antiguas instalaciones de Macosa (Material y Construcciones) ubicadas junto al mar de vías que da acceso a la Estación del Norte de la capital valenciana. Hace ya tres décadas que estas naves están abandonadas y toda la actividad que durante años hirvió allí se trasladó a las modernas instalaciones de Albuixech. Las mismas que ahora están en venta, tras la decisión de Alstom de desinvertir para poder recibir ayudas públicas.

La historia de la factoría actual de Alstom en Valencia se remonta a abril de 1863, fecha en la que nació Miguel Devis, hijo de un herrero y cerrajero instalado en la localidad valenciana de Alboraia. Los conocimientos metalúrgicos que acumuló del trabajo con su padre y su posterior experiencia en la entonces ya consolidada Unión Naval de Levante (por entonces Compañía Trasmediterránea) le sirvieron para que, junto a otro valenciano, José Noguera, fundaran los Talleres Devis y Noguera en 1891, empresa que con los años quedó como Construcciones Devis, que dio sus primeros pasos en el campo ferroviario en los primeros años del siglo XX, con la construcción de calderas o la reparación de vagones, según recoge el historiador Manuel del Álamo, autor de Devis, Macosa, Alstom, historia gráfica de una industria valenciana (1891-2001).

La posibilidad de que el modesto proyecto que acabó cogiendo fuerza en el sector ferroviario español en los años previos a la Guerra Civil -durante el conflicto fue nacionalizada y militarizada por la República- acabe diluyéndose es lo que llevó al comité de empresa de la planta a mantener una reunión de siete horas (acabó a las dos de la madrugada) con el presidente de Alstom España, Antonio Oporto. 'Había que aprovechar el buen talante que traía', explica Daniel Verdoy, presidente del comité de empresa, que el miércoles mostraba su preocupación por el futuro de los 400 puestos de trabajo y ayer volvía a sonreír tímidamente.

Y no es que los trabajadores de Alstom no estén acostumbrados a los vaivenes. La familia fundadora, tras recuperar la empresa con la victoria franquista, tuvo que abrir el capital de la compañía a un grupo de entidades financieras, entre las que estaban el Banco Central y el Banco de Valencia para poder dar el salto que le permitiera optar al negocio de la recién creada Renfe. Y dio resultado, porque, por ejemplo, en 1942, Devis construyó ya 933 vagones y 15 locomotoras de vapor, entre otros vehículos, según recoge el estudio de Del Álamo.

El siguiente paso aún sería más importante. La fusión en 1947 de Construcciones Devis con la catalana Material para Ferrocarriles y Construcciones de Barcelona. Nacía así Macosa, empresa sin la que sería posible entender la historia del tren en España. El grupo industrial cogió fuerza y se diversificó. Al margen de los trenes fabricaba estructuras metálicas para edificios o grúas portuarias.

Sorteando las crisis -o las evoluciones tecnológicas con el abandono del carbón- la empresa llega a finales de las década de los ochenta. Es en este punto donde los trabajadores actuales ven cómo se puede repetir la historia.

La por entonces GEC Alstom, tras un acuerdo inicial para optar al 'contrato del siglo' (el AVE), toma el 100% de Macosa y pasa a ser propietaria en 1991 de las plantas de Valencia y de Barcelona. 'Lo que queremos es que este nuevo cambio de dueño que se va a producir de forma ya inevitable no afecte ni al empleo ni a la cantidad de trabajo', explica Verdoy, que también pide el mantenimiento del departamento de ingeniería y desarrollo 'para no ser una mera planta de ensamblaje'.

Compromisos que Alstom ha adquirido, según el dirigente sindical. No sólo el mantenimiento del empleo, si no también que los encargos actuales de la factoría, que ha acabado especializandose en bogies (plataformas) y locomotoras (al margen de los convoyes para el metro y el tranvía de Valencia), sigan en la planta. Pero aún más: 'Queremos que los contratos que están por adjudicarse y a los que ha optado Alstom y que nos tocaría hacer a nosotros, se queden también aquí sea quien sea el dueño', señala Verdoy. También Alstom ha aceptado esto. Quizá sea el talante del que hablaba el presidente del comité y que le ha permitido 'no tener que ponernos la camisa de la huelga'.

el futuro

CompradoresSegún los sindicatos, el comprador será una empresa solvente y del sector. La posibilidad de que sea algún competidor (Siemens, GE, Bombardier, CAF o Talgo, por ejemplo) o los directivos son pocas.proveedoresAl comité se les ha comunicado que hay varias interesadas en la compra. Se especula con que sea una proveedora la que se haga cargo de la planta y reciba encargos de Alstom..terrenosLa planta se asienta sobre unos terrenos que se vendieron hace un año por 20 millones a la constructora Ballester que se los alquila por 10 años.

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