El plan saudí no aplaca a los mercados y el petróleo vuelve a dispararse
La tregua del fin de semana, marcado por la reunión en Amsterdam de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus diatribas sobre cómo enfriar los precios, ha devuelto el barril de petróleo al rally de los últimos tiempos. El crudo ronda máximos en 21 años, por la preocupación de que el plan saudí de aumento de la producción no baste para contener los precios y éstos, como todo parece indicar, frenen la recuperación mundial.
Concretamente en EE UU, el encarecimiento del barril del intermedio de Texas para entrega en junio se encareció en la sesión 1,80 dólares, hasta los 41,73, acercando su coste a un nuevo máximo histórico. En Londres, el brent cotizaba a 38,13, tras aumentar su precio en 1,62 dólares.
Según los expertos, los inversores dudan de la voluntad y la capacidad de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de aumentar suficientemente su oferta para tranquilizar el mercado. A pesar de su declaración formal de influir en los precios y contenerlos con un retoque al alza en las cuotas, de hasta dos millones de barriles diarios según la propuesta de Arabia Saudí, los ministros del cartel han aplazado al 3 de junio su decisión. Y lo han hecho, divididos en Amsterdam (Holanda), el pasado fin de semana. Tanto es así que el ministro saudí del ramo Ali Al-Nuaimi ha tenido que aclarar que no "hay desacuerdo", "no hay conflicto" entre los distintos miembros.
Pero el caso es que Riad hizo saber, unilateralmente, que aumentará su producción desde los actuales 8,3 millones de barriles a 9,1 millones para calmar la carestía del petróleo, pero los economistas advierten de que el barril seguirá caro y amenaza por ende la recuperación económica mundial. En una reunión ministerial ayer y antes de ayer en Nueva York, el G-8 (Estados Unidos, Canadá, Japón, Francia, Reino Unido, Alemania, Italia y Rusia) advirtieron del "riesgo" que entrañan los precios de la energía en la "fortaleza" del PIB global, que "crece a una tasa del 4,25%.
Según el secretario del Tesoro estadounidense, John Snow, no se llegó a fijar el precio preferible para el crudo durante la cita, pero, en su opinión, lo apropiado sería que el barril oscilara entre 18,3 y 23,3 euros, la banda que se ha fijado la OPEP. Y, por ahora, tan lejana salvo que además de tomar medidas la citada organización, se asegure un mayor volumen de refinamiento en EE UU. El fin de semana próximo comienza la temporada de verano allí, donde se gasta hasta un 12% de la producción total de crudo a nivel mundial.