Francia inicia el camino para privatizar EDF con una gran contestación social
El Gobierno francés dio ayer luz verde a la futura apertura de capital del operador eléctrico EDF y del gasístico GDF bajo una dura ola de protestas de los sindicatos.
La cuenta atrás empezó ayer para Electricité de France y Gaz de France. A poco más de un mes de la liberalización parcial (reservada a las empresas) del mercado energético europeo, en vigor el 1 de julio, los operadores eléctrico y gasístico 'entran en una nueva etapa', según el presidente de EDF, François Roussely.
El Gobierno francés dio ayer luz verde al cambio de estatus de las dos compañías públicas, orientado a transformarlas en sociedades anónimas. La medida, exigida por las autoridades de la Competencia de Bruselas, permitirá abrir su capital a medio plazo, y así estar 'en las mismas condiciones que nuestros competidores', según explicó ayer Roussely durante la presentación de los resultados anuales de la eléctrica, en París.
La presión del calendario de cara al próximo 1 de julio, cuando el 70% del mercado energético francés se abra a la competencia, y la urgente necesidad de fondos propios de la compañía eléctrica, han acelerado la medida, aplazada por el Gobierno desde hace meses por la revuelta situación política y la contestación social abierta en varios frentes. 'Hoy necesitamos entre 10.000 y 15.000 millones de euros de fondos propios', explica Roussely en una entrevista a diario Le Monde.
El proyecto de ley, que el Parlamento francés examinará el próximo mes, prevé además el fin del principio de especialidad de ambos grupos, que permitirá a EDF y a GDF suministrar electricidad y gas indistintamente.
En cuanto a la fusión de ambos operadores, evocada sin cese en la prensa gala, el presidente de la eléctrica se muestra escéptico. 'Yo fui uno de los primeros en decir que sin duda deberíamos haberlo hecho hace diez años. Hoy, habría que examinar las contrapartidas en términos de activos y las consecuencias para el empleo. El caso de Alstom da una idea de a qué consecuencias me refiero', explica al vespertino francés.
Roussely evitó dar ningún tipo de detalle durante la rueda de prensa sobre su continuación al mano de EDF tras la expiración de su contrato, el 1 de julio. 'Es una decisión que no me pertenece', afirmó.
Temor a la privatización
El nuevo dispositivo prevé dejar 'más del 50% del capital' bajo el control del Estado, un porcentaje que podría ampliarse en el futuro y sobre el que el Gobierno insiste para limitar las protestas de los sindicatos, que temen que este primer paso hacia el mercado suponga la privatización de ambos operadores a largo plazo y el fin de las actuales condiciones para sus empleados.
Pese al mensaje gubernamental, que ayer insistía en el papel de 'grandes empresas públicas' de EDF y GDF, que 'no serán privatizadas', el conjunto de centrales sindicales inició la movilización. Varios centenares de empleados se manifestaron ante la sede de la eléctrica, en París, y se produjeron cortes de corriente de dos horas en algunas ciudades del país.
Como medida de protesta ante los planes del Ejecutivo galo, los sindicatos han convocado una jornada de huelga general el 27 de mayo.
En marcha el reactor nuclear de tercera generación
El Parlamento francés estudia desde el lunes el futuro energético del país, examinando las opciones que permitan a Francia la independencia energética, que hoy asegura con energía nuclear.Descartada hace sólo unos meses, el Gobierno apuesta hoy por la construcción de un reactor nuclear de tercera generación (EPR) que asegure la continuidad del actual parque de 58 centrales.El ministro de Economía, Nicolas Sarkozy, inició el debate parlamentario el pasado lunes con una encendida defensa de un sistema 'más seguro, menos caro y más limpio', que las asociaciones ecologistas y parte de la oposición rechaza con fuerza. El Partido Socialista criticó ayer, durante el segundo día de debate, la celeridad con que el Ejecutivo ha lanzado la propuesta, que reconoce quiere aprobar antes de que EDF, responsable del futuro proyecto, cambie su estatus.El ministro de Industria, Patrick Devedjian, reconoció que la medida 'ofrece un verdadero proyecto de empresa a EDF'.